Parte XXXXV

605 40 7
                                    

La espera

Era hora de la operación y aunque, tanto Emi como Jared, habían sido preparados para el momento el nerviosismo era evidente, no solo en los involucrados directos en el procedimiento, sino que también en quieren estarían en aquella sala de espera ansiosos por saber noticias.

Lucianna se despidió de Emilia, tenía miedo, no importaba cuántas veces el doctor dijera que había que ser optimistas y que las posibilidades de que algo fallara eran casi imposible, era ese "casi" el que hacía que Lu imaginara mil escenarios terribles y en todos perdía a un ser amado, Emilia o Jared.

Su corazón se apretaba cada vez que pensaba en "seres amados" y no podía excluir a Jared de la lista. ¿Cómo hacerlo? No importaba cuán fuerte intentara, era imposible. Y ahora más que nunca.

El hecho de pensar que Jared la odiara (porque eso imaginaba, no podía ser de otra manera luego de haber ocultado tal verdad) había causado que Lucianna quisiera estar más que nunca cerca del padre de su pequeña. "Psicología inversa", pensaba, "Maldita psicología inversa". Cuántas veces Jared había suplicado por arreglar las cosas, y ella había sido tan orgullosa, testaruda y miedosa que lo había rechazado al punto de regodearse al ver a Jared tan humillado y disminuido.

Y ahí estaba, de pie junto a la habitación donde Jared esperaba porque lo llevaran al pabellón de cirugías esperando a que su nerviosismo no la traicionara y pudiera agradecer adecuadamente el inmenso gesto que Jared estaba a punto de hacer para salvar la vida de su hija.

- ¿Puedo pasar? - preguntó abriendo un poco la puerta. Al no escuchar respuesta abrió un poco más y se encontró con Jared mirando hacia el techo, perdido en quién sabe qué pensamientos.- ¿Interrumpo? - insistió y Jared bajó la vista hasta dejarla sobre los ojos de Luce.

- ¿qué pasa?- su voz ronca hacía que el tono sonara aun más hostil de lo que había querido.

- Solo quería... yo...-

- Respira Lucianna- "Demonios" pensó Luce, otra vez la había llamado Lucianna, ya no era "su Luce".

- Claro, yo solo...- tragó con dificultad al sentir cómo Jared repasaba cada centímetro de su cuerpo con la mirada, él quería ponerla nerviosa, estaba siendo cruel.- quería decir que de corazón espero que todo salga bien hoy, que te recuperes rápidamente... y quería darte las gracias, otra vez, por hacer esto, de verdad- resopló - Dios, ¡es que no te imaginas la angustia que tenía!- sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar el miedo que sintió al pensar que perdería a su pequeñita- Creí que perdería a Emilia.

-No, Lucianna, no me lo imaginaba... porque no sabía que también pude haber perdido a MI hija...- Los ojos de Jared estaban inyectados de rencor.

- Jared, lo siento tanto....-

- Es demasiado tarde Lucianna. Demasiado tarde.-

Lu asintió y bajó la mirada, sintió cómo los pedacitos que quedaran de su corazón habían caído al piso, más quebrados que nunca.

Salió de la habitación y se acercó a la sala de esperas. Allí estaban Ian y David, ambos con expresión impasible. David golpeteaba su rodilla con el pulgar con tanta velocidad que Ian estaba casi hipnotizado viéndolo.

Detuvo el movimiento cuando notó que Lucianna se acercaba. Ella se sintió la peor persona del mundo. Hace un rato había estado pensando en Jared como "su amado" y ahí estaba él, él hombre quién la hizo decidir darse una oportunidad en el amor otra vez.

- Lucianna- David se puso de pie e instintivamente a envolvió en un cálido abrazo mientras dejaba un tierno beso en la frente de Luce-

- Hey...- respondió aferrándose a David. Ni ella lograba entender qué le pasaba. ¿David o Jared? ¿Ambos?, quizás ninguno... No sabía. No quería pensar.

-Ya están por entrar a pabellón- informó sentándose entre Ian y David.

-¿Cómo estás?- preguntó su amigo-

- No sé Ian. Preocupada, nerviosa, ansiosa. Solo quiero que salgan pronto y que me digan que están bien.

David se movió algo incómodo.

- Emilia es una pequeña fuerte- digo Ian y añadió- y Jared, pues, ¿cuántas batallas no ha librado y ha salido bien parado?- Luce intentó una sonrisa y afirmó su cabeza en el hombro de Ian mientras David le sostenía la mano.

David seguía sin acostumbrarse del todo a esta cercanía que Lu tenía con su amigo Ian. Una cosa era saber que se conocían hace años y vivían juntos, pero otra cosa era ver que eran tan cercanos como para abrazarse constantemente (según él) y tener este tipo de gestos como si él no estuviera ahí. Sentía que se estaba volviendo un celoso un tanto (bastante) paranoico, y no le gustaba. Él no quería convertirse en un ogro que cuestionara todo lo que su pareja hacía, no quería terminar por arruinar eso tan lindo que él y Luce tenían, que aún tenían. Pero tampoco quería hacer el papel de idiota y acabar perdiendo a Lucianna por culpa de Ian o Jared. Sintió un frio recorriendo su espina. El pánico de perder a Lucianna se estaba apoderando de su corazón.

Horas más tarde Lucianna decidió ir por un café. Ian estaba dormido y David quiso acompañarla. Mientras esperaban por los cafés Lucianna no pudo evitar preguntar. Notaba a David extraño, nervioso, y tenía la certeza que no era por la operación.

- ¿Sabes que puedes confiar en mí, verdad?-

- Lo sé.-

- ¿Entonces?- insistió parándose frente a David y mirando directamente a los ojos. Él la sujetó ligeramente por las caderas mientras acariciaba con los pulgares.

- Entonces... ¿qué?- miró de lado a Luce, se veía tan tierna y pequeña frente a él, pero no había que dejarse engañar, Lucianna Marelli era una mujer de tomo y lomo. Y él la amaba.

- Has estado actuando raro, quiero que me digas si tienes algún problema o preocupación. David, estás siempre ahí, conmigo, apoyándome en todo y quiero ser lo mismo para ti.- "aunque pienso en Jared constantemente" debió haber agregado. No, mala idea. Pero sí se preocupaba y quería a David.

- Siendo sincero...-

- Aquí están, latte y regular- interrumpió una jovencita entregando el pedido de Luce y David.

- Gracias- Asintió amablemente David. Y caminaron a sentarse cerca de una ventana.

- Siendo sincero...- Dijo Lu esperando a que David prosiguiera.

- ok...- respiró profundo. ¿Qué posibilidades hay que vuelvas con Jared?- Lucianna se ahogó con el sorbo de café que había dado y tosió repetidamente. - Luce... te traeré agua- Ella negó y lo tomó del brazo-

- Estoy bien- tosía entre palabras- Estoy bien -aclaró la garganta.

- ¿Entonces?-

- David- Luce suplicó y bajó los hombros rendida-

- Por favor Luce, necesito que me lo digas- tomó las manos de Lucianna-

- Creo que hemos tenido esta conversación antes, y la verdad, este no es ni el momento ni el lugar, David.- el tono de Lu fue un poco severo, y David no necesito más explicaciones.

- Por tu reacción asumo que has pensado en la posibilidad- trató de no mostrarse herido, pero demonios, si era doloroso saber que la mujer que amaba estaba interesada en otro. En otro que había sido su primer y único amor, otro que era el padre de su hija. Otro que tenía mil chances más de estar con ella que nadie en el mundo.

- No, no confundas las cosas, no debes asumir sin saber todos... todas las... digo... todo.- Luciana tropezaba con sus palabras y eso hacía que sus argumentos perdieran peso para David.

- Bien, cuéntame, entonces... así no asumo ni confundo nada-

- Ya te dije, David, por favor entiéndeme. No es el momento ni el lugar. En este momento solo puedo pensar en mi hija.-

- Tienes razón, pero, antes de terminar con el tema, responde... ¿Me amas?- Luce buscó dentro de sí misma. Y sí, si lo amaba... Pero entonces, ¿Qué sentía por Jared? ¿O sólo estaba terriblemente confundida y ya no sabía cómo se sentía amar?-

- Si, David, te amo-

- Cásate conmigo-


A little piece of heaven, a little piece of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora