CAPÍTULO 11

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Narra Madison Willson

Me pongo de pie para irme a duchar, cuando de repente empiezo a escuchar mi teléfono sonar desde mi mochila. Seguro es Hanna, eso pensé. Avanzo hacia mi mochila la cual había dejado arrumbada en la entrada. Al tomarla saco mi teléfono del bolsillo donde lo guardo y tiro la mochila al sofá. Al observar la pantalla del celular me doy cuenta de que no es Hanna, es de un número oculto. Con ceño fruncido tomo la llamada.

Llamada entrante.

—Habla Madison. —Digo al tomar la llamada. —Hola. —Pronuncio al pasar unos minutos y no escuchar más que una fuerte respiración acelerada de la persona al otro lado. —Colgaré. —Amenazo al no obtener respuesta. Quienquiera que sea tarda unos segundos en hablar, y justo lo hace en el momento que me disponía a cerrar.

—Me traicionaste Madison. ¿Por qué? —Es un hombre. Su voz grave con un ligero, pero audible acento extranjero, emite las palabras con evidente decepción.

— ¿Quién es? —Indago seria con el ceño fruncido, pero no me responde. — ¿Qué es lo que quieres de mí? —Pregunto un poco alterada luego de unos segundos.

— ¿Cómo pudiste delatarme con él Madison? ¿Sabes los inconvenientes que ello me traerá? ¡Me arruinaste todo! —Recrimina molesto, y por el eco que se escucha al fondo estoy segura de que se encuentra en un lugar vacío y posiblemente amplio, el resonar de sus palabras no solo se escuchan de vuelta en forma de eco atreves de la línea, sino que parecen alejarse.

— ¿De qué está hablado? —Inquiero ofuscada, sin embargo, no me dice nada, solo lo oigo murmurar en un idioma que no logro distinguir distintas palabras y a mí no me suman nada. —Oye, no sé quién eres ni que quieres de mí, pero si no tienes el valor de revelarme tu identidad te pediré de favor que me dejes en paz. Si vuelvo a recibir un mensaje o llamada de tu parte te denunciaré a la policía, y hablo en serio. —Advierto seria en tono firme. Permanezco un par de minutos en espera de su respuesta, pero esta nunca llega, su respiración escandalosamente fuerte es lo único que escucho a través de la línea, no puedo evitar sentirme nerviosa mientras espero. En el momento que separo los labios para volver hablar este me cuelga.

Fin de la llamada.

Tras finalizar aquella inquietante y extraña llamada, permanezco durante unos segundos escuchando el sonido de la línea al cerrarse, para luego observar el contacto. Me ha contactado desde un número privado, por lo que no puedo hacer nada al respecto, sin embargo, al pensar en ello estoy segura de que él ha sido el que ha estado enviándome aquellos mensajes, por lo que voy al chat de los mismos y agrego el número que me aparece. Realmente no sé si me servirá de algo, pero al menos lo tendré archivado para cualquier cosa.

En el instante que termino de agendarlo mi teléfono empieza a sonar, sobresaltándome en el acto. Ya me encontraba algo agitada, pero mis nervios se apaciguan al ver de quien se trata. Es Hanna, así que la tomo.

Llamada de Hanna.

—Habla Madison.

—Te he dicho que dejes de tomar las llamadas así. —Chilla Hanna al otro lado al escucharme. Arrugo la cara. Siempre me dice lo mismo. —Al menos las mías. —Finaliza.

—Supéralo. Así es como debe tomarse una llamada. —Establezco al mismo tiempo que me dirijo a la cocina.

—Si trabajaras en una empresa tomando llamadas sí, pero no es el caso. Suena raro. No me gusta. —Argumenta refunfuñante, simplemente ruedo los ojos. Al llegar a la cocina coloco el celular en altavoz sobre la isleta para luego empezar a servirme un vaso de jugo de naranja. — ¿En qué estás? —Curiosea y noto como su tono de voz ha cambiado ligeramente.

ALÉJATE DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora