Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 29: Jongin

  Gracias a todxs mis lectorxs que también escriben y me entretienen con su creatividad, y nos comparten sus letras.
Gracias a Ameko por betear y corregir mis horrores.
Gracias a ustedes quienes siempre piden: un capítulo más <3

***

¡Dios mío! Es increíble hasta dónde hemos llegado.

Es como si estuviéramos persiguiendo a todas esas estrellas.

(...) Dime lo que quieres oír.

Algo que nos haya gustado durante todos estos años.

Harto de tanta falta de sinceridad,

así que te voy a entregar todos mis secretos.

 (One Republic, Secret).

Fuente GabyYaoi

     De algún modo me sentía más tranquilo sabiendo que Kyungsoo estaba en casa. No podía dejar de pensar que alguna vez me sentí muy atraído hacia él y me inquietaba la idea de que estuviera solo quién sabe dónde y en su estado. Si les soy sincero, esa historia de que tenía enemigo me ponía de los nervios. Solo esperaba que no trajera problemas extraños a casa. Me imaginaba que debían ser los dos hombres que estuvieron peleando con él en el callejón la vez que lo rescaté y llevé a casa como a un gato herido, pero pensar en eso solo me confirmaba que tenerlo conmigo era lo mejor. Esos hombres podrían matar al bebé.

     Y ahora que lo menciono, el bebé era lo que más me preocupaba; el estado de salud de Kyungsoo era realmente pésimo. Procuré que comiera bien mientras yo estaba en casa. El horario de su trabajo era más corto que el mío y la primera semana encontraba cosas hechas. Ya saben, cuando llegaba en las tardes él ya había lavado la ropa, limpiado el piso o las ventanas, acomodado los libros... Le tuve que decir de manera muy seria que no hiciera nada más, pero era una persona bastante terca y en poco tiempo mi casa abandonó su característico desorden.

     Los primeros tres días creí que él iba a morir en mi sanitario por las mañanas cuando vomitaba un montón de veces. Después de la cena, también vomitaba, aunque menos; sin embargo, era en la noche cuando le subía mucho la temperatura e incluso medio perdía la conciencia. Pero el cuarto día solo vomitó una vez en la mañana, no durante la noche, y el quinto día su temperatura apenas subió pocos grados. Claramente, el cambio alimenticio le estaba sentando bien.

     Fue después de una semana que lo despidieron de su trabajo por haberse caído de la escalera mientras intentaba alcanzar un libro. El jefe creyó que su estado no era bueno y contrató a una universitaria en su lugar. Cuando llegué a casa, él me lo contó todo muy enojado, jurando que iba a matar a ese par en cuando se librara de su feto y todo volviera a ser normal. Bueno, cuando uno se enoja dice cosas raras, así que no le presté atención y más bien corrí a llamar a su hermano. No era posible que ese terco se hubiera caído y no acudiera al hospital.