Blanc-Black: The first years

VIII. Kcalb (4)

Disclaimer: The Gray Garden no es de mi propiedad, le pertenecen a Ogekom y Deep Sea Prisioner.

Advertencias: Posible OoC, historia completa de mi autoría, cualquier parecido con otra es coincidencia.

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Las semanas pasaron, los rumores fueron inevitables, aquellos rumores en los que se hablaba de un muy posible romance entre la presidenta Shiraiwa y Kcalb Mond de la clase 1-A, aquellos rumores fueron desmentidos inmediatamente por una sería y molesta Etihw, que se encargó de reprender a todos los chismosos que habían levantado falsos testimonios.

—No tienes por qué enojarte por eso —le dijo Kcalb un día en la azotea mientras tomaba un sushi, compartiendo el bentō con ella como ya de había hecho costumbre para ambos.

—Claro que me enojo, siempre me han molestado los mentirosos —explicó ella imitando la acción de su compañero—. Además, te han incordiado por ello, ¿no?

—... la verdad es que no me importa demasiado —contestó con sinceridad—, no me pueden hacer daño unas palabras.

—Pero aún así no me gusta que hablen mal de ti, Mond —suspiró la chica ante la nobleza del menor.

—Yo estaré bien —le restó importancia Kcalb con tranquilidad, Etihw asintió resignándose mientras sonreía.

—Habrá un viaje a un centro campestre, será un almuerzo con la academia Black —dijo Etihw de la nada.

Kcalb se mostró sorprendido, ¿y cómo no? La chica se había encargado de explicarle bastante bien la disputa que existía entre las escuelas desde hacía años.

—¿Por qué?

—Porque tenemos un combate amistoso, los que iremos somos los del club de artes en guerra —suspiró—. Siempre hay problemas en este tipo de reuniones, por eso, quería invitarte, Mond.

—¿Yo? —Preguntó sin entender.

—Sí —le miró con una sonrisa amable—, por alguna razón, me siento más tranquila cuando estas cerca, tienes un aura de tranquilidad que me es bastante grata.

Kcalb quedó mudo, no se atrevió a decir una palabra más por temor a tartamudear sin saber qué decir, si agradecer o conversar un poco más, así que optó por asentir, haciendo que Etihw soltara un suspiro de alivio.

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Cuando Kcalb había aceptado acompañar a la presidenta a aquella reunión con la escuela Black, se había esperado una reunión formal, donde aquello de artes en guerra se aplicaría con puntajes y turnos justos... jamás esperó ver un campo de batalla donde ambos equipos se armaban, dando a entender que aquello era una guerra, literalmente.

—S-Shiraiwa, creo que esto es peligroso —susurró Kcalb con preocupación.

Ella le observó curiosa. —No tienes por qué preocuparte, Mond, las flechas tienen punta de goma, las espadas no tienen filo y todos estaremos bien protegidos, este es sólo un ensayo, después de todo.

—Aún así... —una bocina sonó, Etihw, quién portaba un equipo de guerra sobre sus blancas ropas volteó a ver, la llamaban, iba a empezar el juego— ...ten cuidado.

Ella le sonrió. —Lo tendré.

Y con una espada atada en su cintura, Etihw se fue al campo de batalla.

—Tú debes ser Kcalb Mond —llamó alguien a sus espaldas, Kcalb se encontró con un hombre de cabello rubio y anteojos rojos, lucía elegante y realmente intimidante también, aunque Kcalb seguía siendo más imponente en cuanto a auras—. El nuevo compañero de mi hermana.