Noche de pasión.

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Cristiano: Ahora te voy a dar algo mejor.

James sintió la lengua de Cristiano en su culo.

James: Aaaah, aaaah, aaaaah.

Cristiano con su lengua, larga y caliente, siguió comiéndole el ojete.

Con sus manos Cristiano guió el cuerpo de James para ponerlo en cuatro patas mientras continuaba la lamida.

Cristiano: Ahora viene lo bueno.

Y James sintió la gruesa polla de Cristiano por debajo de sus bolas. Estaba durísima. Después la subió comenzando a simular una masturbación entre sus nalgas, subiendo y bajando. James podía sentir esos frotamientos. Así estuvo durante unos minutos y el ojete de James iba abriéndose, hambriento.

Era una cabeza gigante que pasaba una y otra vez frente a una puerta, cada vez más abierta y anhelante. James no aguantó y en un momento se encontró rogándole con un entrecortado murmullo:

James Mé-te-me-la ... por fa-vor... aun-que sea só-lo.

Cristiano: Eso era lo que quería escuchar.

El culo de James estaba tan dilatado que la polla de Cristiano entró sin dificultad, produciéndole un gran placer. Y comenzó a cogerle, entrando y saliendo suavemente.

James se acomodó abriéndose lo más que podía, aunque el tramo siguiente del ojete se me iba abriendo solo.

James: Un po-co más, por fa-vor...

Y sintió que entraban tres o cuatro centímetros más de aquel grueso tronco.

Ahora debían ser muchos centímetros de su polla saboreando el culo de James.

Qué gorda y dura sentía la polla, pensaba fascinado por las sensaciones y la situación.

A esa altura, con toda la polla dentro, Cristiano no se andaba con delicadezas. Metía y sacaba una y otra vez, jugando a metérsela hasta el fondo, mientras su pecho se pegaba a la espalda de su amado y los gemidos en el cuello le ponían la piel de gallina a James.

De pronto se la sacó, lo volteó boca arriba, abrió sus piernas y colocándose entre ellas se la enterró a James nuevamente, y echando su cuerpo sobre el suyo, comenzó a besarle de lengua.

Con cada embestida Cristiano desgastaba toda su fuerza, brotándole las venas y empapando sus músculos de sudor, era tan salvaje como un toro; los besos en la boca, la pasión de su abrazo y la polla en su culo, hicieron que el portugués no aguantara más corriéndose dentro del culo de James abundantemente quien podía sentir
las pulsaciones de su pene en cada chorro, parecía una cascada.

Con la polla enterrada hasta el fondo, Cristiano le mandó ocho o nueve chorros, uno tras otro, bombeándole su leche en el culo llenándoselo completamente.

Luego se quedó tendido sobre James, mientras su pene emitía las últimas y suaves pulsaciones, hasta que estas terminaron y Cristiano se durmió sobre James, con su polla metida aún en su culo. Minutos más tarde James también cayó en un profundo sueño.

La indecisión de James.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora