Introducción

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«Introducción»
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Ella estaba cómodamente sentada en la sala sentada en el amplio sofá rojo junto a todos sus hermanos, quienes por su petición habían asistido sin falta aquel día. Fue difícil coincidir en un día en que no tuviesen algo que hacer, por lo que ahora observaban con atención y curiosidad a la única fémina en espera de que dijese lo que tenia guardado para si. Mas de uno tenia la esperanza de que finalmente esta se decidiese por alguno de ellos. Caso uno apostaba por si mismo.

— ¿Qué quieres decirnos? — Ukyo le sonrió con cariño en un intento de animarle al ver que su pequeña hermana aun no se decidía ha hablar por cuenta propia. No podía pensar en algo que pusiese en ese estado de nervios a su siempre sonriente y positiva hermanastra. Pero si este era el caso solo esperaba ser capaz de ayudarla. — ¿Te ocurrió algo?

Ema negó casi de inmediato, no queriendo preocuparles de forma innecesaria. Movía nerviosamente sus manos para distraerse en poco, mientras sus labios se apretaban ligeramente sin saber muy bien como debía comenzar a hablar. Ella realmente esperaba que las cosas saliesen bien. Finalmente tomo valor ante los ánimos de Juli quien estaba en el regazo de la chica. La castaña exhaló profundamente y alzo la mirada que hasta el momento había mantenido gacha.

— Yo quería preguntarles... — Susurro por lo bajo bajando nuevamente la mirada. De le hacia bastante incomodo el pedir algo a sus hermanos, pues siquiera había hecho esto con su padre. Pero su deseo de obtener la aprobación de todo era mas grande y simplemente no quería desistir. — Tengo una buena amiga. Me preguntaba si ella podría quedarse aqui — Soltó finalmente alzando la mirada y observando a todos sus hermanos.

Fue inevitable para los hermanos no mostrar sorpresa debido a la petición de Ema. No obstante tenían presentes que esta nunca les había pedido algo, por muy pequeño o simple que fuese. Por eso negarle esa petición les resultaba prácticamente difícil. Claro esta que debían mantener la cabeza fría para decidir de forma correcta. No podían darse el lujo de traer a su hogar a alguien que no fuese de confianza.

— ¿Quién es tu amiga? — Natsume fue el primero el reaccionar y hacer una pregunta sensata. Debían saber que tan importante era esa amiga de la que su hermana hablaba y sobre todo que tanta confianza tenia la misma en ella. Ema hizo una pequeña mueca con sus labios no estando muy segura de si debía decirlo, pero a fin de cuentas sabia que era necesario. Después de todo estaba pidiendo que le diesen hospedaje.

— Aisha... Fujimori.

El silencio solo fue breve unos instantes. Algunos reconocían sin esfuerzo el nombre de la chica, mientras que otros no estaban al tanto de quien se trataba o el porque algunos de sus hermanos parecían sorprendidos. Ema no obstante se mantenía tranquila, esperando nerviosa que alguno hablase.

— ¿La pianista? — Tras ver asentir a su hermana Iori pareció sorprendido de saberlo. Conocía a la joven debido a las noticias, y en mas de una ocasión se había deleitado con sus piezas. Quienes no estaban al tanto de esto parecían realmente curiosos, intentando saber un poco más.

— Nosotras eramos vecinas — La amplia sonrisa de felicidad que tenia Ema al hablar de la joven les hacia difícil el buscar algo por lo que negarse. Si terminaban por negarle esa única cosa entonces probablemente Ema ya no les pediría nada más. Ella aprecia realmente ilusionada y destruir eso no era una opción. Solo les bastaba con mirar su rostro sonriente para hacer todo lo que ella deseaba.

— Pero es famosa, entonces seguro es una mimada ricachona — Fuuto tenia una expresión bastante malhumorada al decir eso. ¿No te mordiste la lengua? Hikaru tuvo ganas de preguntarle eso, sin embargo se contuvo. Ema observo de reojo al Idol y nuevamente regreso su atención a los hermanos mayores quienes solían tomar las decisiones por toda la familia. Esto aplicaba sobre todo con Ukyo, incluso si el mismo no era el mayor.

Los hermanos Asahina miraron a Ema, sus ojos mostraban casi suplica por una respuesta positiva. Suspiraron y se miraron entre ellos, ya tenían su veredicto.

Una joven de largo cabello negro caminaba con elegancia y parsimonia por el largo y silencioso pasillo

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Una joven de largo cabello negro caminaba con elegancia y parsimonia por el largo y silencioso pasillo. Siguiéndole de cerca dos guardaespaldas uniformados de negro con una expresión dura. Junto a ella caminaba una mujer quien al igual que los hombres vestía prendas oscuras y en sus manos llevaba una una agenda electrónica. La jovencita usaba lentes de sol negros y mantenía su rostro algo inclinado hacia abajo.

— Este fue el último recital aquí — Sin apartar la mirada de la agenda la mujer parecía realmente concentrada en lo que hacia. Después de todo ahora debía dejar la agenda de la joven libre y para eso tenia que mover todos lo eventos de forma adecuada para el gran regreso que seguramente seria muy movido. Sin embargo también debía mantener a la pequeña estrella animada o no valdría la pena. — Fue un éxito, ellos estaban muy contentos.

— Es un alivio — Hablo por primera vez la joven en un tono de voz suave y delicado. Tras sentir los pasos de la mujer detenerse esta suspiro y le imito provocando que los guardaespaldas se detuviesen observando el alrededor. Estaban frente a una puerta que tenia un pequeño letrero con el nombre de la joven colgado.

La mujer no demoro demasiado en tomar el pomo y abrir la puerta dejando espacio para que la joven ingresase primero. Aisha sonrió levemente e ingreso al camerino dejando a los guardaespaldas custodiando la puerta. La mujer le siguió y tras cerrar se giro dejando de lado la agenda sobre un pequeño taburete que se encontraba en el lugar. — A partir de ahora puedes tomar el descanso que mereces.

— Es una gran noticia — Musitó suavemente la chica sentándose con cuidado sobre un sillón en el lugar. Suspiro sintiendo sus hombros pesados y se saco lentamente las gafas de sol dejando ver unos expresivos ojos azules. Las cosas habían resultado bastante bien pero debió a que se tomaría un descanso había tenido que dar todo de si misma ese día para cerrar con broche de oro hasta su regreso.

Justo cuando la joven estaba por decir otra cosa una melodía suave se escucho por todo el pequeño lugar. La mujer tomo el móvil que estaba sobre una peinadora del lugar y atendió casi de inmediato con su vista clavada en el apacible rostro de la pelinegra.

— ¿Hola? No, yo soy su manager — Asintió un poco y sonrió levemente mientras avanzaba hacia la pelinegra quien al sentir sus pasos extendió su mano. — Bien — Asintió por ultima vez entregándole el móvil a la pelinegra. Esta no demoro demasiado el llevar el aparato a su oreja y segundos después una amplia sonrisa se formó en su rostro.

— ¡Ema! — Saludo de manera enérgica sin dejar de lado un solo segundo la amplia sonrisa. El verle en ese estado tan feliz causo una pequeña sonrisa en la mujer frente a ella que parecía realmente satisfecha de ver ese brillo de emoción en los ojos de la pelinegra. — ¿Que sucede? — Tenia curiosidad de saber a que se debía el llamado de su vena amiga. Aunque de hecho estaba agradecida por ello. Estaba agotaba y para ella no había mejor manera de quieta el estrés que hablando con Ema.

— ¡Aisha! ¡Han dicho que si! — Exclamo llena de emoción la chica al otro lado de la línea causando que la sonrisa de la joven se ensanchara aun mas. Ahora podía decir abiertamente que estaba más que feliz; en unos días estaría con su mejor amiga nuevamente.

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Si, esta es otra historia que decidí editar. Es que tras leer todas desde el comienzos viento que no me convencen de todo y debo arreglar eso, ya saben. En fin, espero que sea sigan disfrutando de ella como antes.

ღQuiero mirarteღ |Brothers Conflict|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora