Capítulo dieciocho.

En başından başla
                                    

Gracias a esa manía, no debía preocuparme por dejarle el teléfono a Louis. Y lo haría encantada, salvo que en aquel instante no recordaba haber eliminado el historial, con mi mala suerte encontraría algún enlace delator.

Aunque, la verdad, preferiría que hallara porno en mi móvil a que investigara en mi portátil y viera la enorme cantidad de fan ficciones que leía. ¡Eso era peor! ¿Con qué cara lo miraría después de que supiera que leía novelas en las que él era el protagonista?

Supongo que para él era habitual que las fans escribieran utilizándolo como personaje principal, pero sería una situación rara para los dos. Más aún si viera las novelas eróticas que tenía marcadas como favoritas. Que Dios me asista, ¡eso sí sería bochornoso!

-No.

-¿Tienes algo que esconder? –movió las cejas arriba y abajo, sugestivo. Pasando de contestar, seguí buscando entre las decenas de películas una que me agradara-. ¿Hay algo que no quieres que vea? –su voz bajaba de tono, añadiendo a la vez niveles graves-. ¿Fotos ligera de ropa, tal vez? –mi cara era una paleta cromática. La foto más provocativa que tenía era una en la que salía en bikini, nada por lo que ruborizarse. El detalle que me hizo hervir la sangre de vergüenza era uno muy distinto-. No me voy a asustar por ver esas fotos. Ya vi un par de ellas antes ¿recuerdas? –hablaba de lo que yo imaginaba. Cuando nos conocimos. Cuando él encontró mi móvil y vio las fotos que guardaba en mi galería.

-Begin Again –escapé de su pesquisa leyendo un título al azar. Mi cambio de tema lo dejó confundido.

-¿De qué hablas?

-La película, veámosla.

Él frunció el gesto pero asintió en acuerdo. Se levantó y fue hacia la enorme mesa ubicaba frente a la cama. Hizo a un lado la televisión, que suponía un estorbo, y dejó el portátil centrado en su lugar. Puso la película antes de volver a la cama.

Narra Louis

De entre todas las películas que había en el dichoso ordenador, eligió la pastelada esa de Begin Again. Joder con las tías, siempre decantándose por esas cosas. ¿No podía escoger una más sangrienta y sádica? Me hubiera gustado ver una de miedo. Pero una de miedo de verdad. Una de esas que te acojonan tanto que, incluso una semana después de verlas, sigues aguantándote las ganas de mear hasta que amanece por miedo a ser atacado por un ente demoníaco al ir al baño a las tres de la madrugada.

Si viéramos una de esas, Diane se asustaría y, entonces, yo tendría la excusa perfecta para pasarme una hora abrazándola, susurrándole que nada malo pasaría, que yo estaría a su lado para protegerla. Y con suerte al final de la noche me llevaría un beso como recompensa.

Pero no, la muy gilipollas dice que quiere ver la maldita película esa para menopáusicas y adolescentes chutadas de progesterona. ¡Me has jodido el plan romántico, Diane!

Para empezar, esa película no debería estar ahí. La última vez que estuve con mi familia le pedí a Lottie que me pasara alguna película, pero especifiqué claramente que no quería cursilerías ni semejanzas. La cabrona me coló una, de esta se iba a acordar.

Miré de reojo a la chica. Yo me había recostado en el centro de la cama, perfectamente acomodado para la tortura ocular de más de hora y media, ella en cambio se marginó a una esquina, sentándose con la espalda recta pegada al cabecero y sus piernas encogidas. Daba la impresión de que quería alejarse lo máximo posible de mí. Y lo digo porque le faltaban dos centímetros para caerse de la cama abajo. Así íbamos mal para empezar de nuevo.

-Oye, no tengo el ébola ni voy a aprovechar para meterte mano, puedes acercarte –ella observó el hueco entre ambos, luego levantó la vista hacia mí y fingió una sonrisa tímida.

Remains {Louis Tomlinson Fan Ficción} Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin