Cómplices y extraños

XV

El dolor de cabeza era insoportable, ayer había bebido demasiado junto a Hyeon, era increíble cómo se adaptaron el uno al otro, lo había ayudado muchísimo a incorporar los pasos pero también a conectar con sus bailarines.  Así y todo, no podía quitarse la sensación de que la había visto,  había visto a su mujer fantasma.  No sabía si fue real o parte del sueño que tuvo pero la sentía tan cerca suyo que esa corazonada le causaba inquietud a su alma, una ansiedad que sabía no se debía a los preparativos de la gira. Se levantó, se bañó y salió para la empresa, la resaca no era excusa para no ir al ensayo y Hyeon o Hwan podrían matarlo si faltaba, así que se quitó la sensación del cuerpo y partió.
Hwan, estaba radiante y confundido,  sentía que había ganado luego de la reunión, ambas traductoras estarían trabajando con ellos, por alguna razón que desconocía eso le daba tranquilidad pero una sensación de que algo inesperado sucedería le resonaba como premonición. La confirmación no tardó en llegar, no solo las señoritas Ramírez y Altamirano estarían con ellos en la gira sino Seojun a razón de qué no lo sabía; se alegraba de verlo nuevamente después de tantos años, pero sabía que no se debía a ellos sino a las jóvenes que venían en viaje con él. Con ese pensamiento se fue a reunir con Yong para empezar a armar el cronograma de clases.
Llegando a la oficina encontró a su amigo trabajando fuertemente con horarios.
-¿Muy difícil?- preguntó Hwan acercándose al escritorio.
-Más o menos. Sabes que me gusta que las cosas funcionen y bien, así que quiero organizar para que incluso tengan días de dispersión, aunque en esos días me den más dolores de cabeza ambos-dijo Yong riendo.- Estoy con los horarios de clases con sus docentes, ¿quieres verlos?
-Bueno.
Hwan comenzó a mirar la grilla y miró a su amigo con una ceja levantada y le dijo:
-¿Por qué me pones a la señorita Altamirano? Creo que no le di la mejor impresión.
-Justamente por eso. Creo que pueden llevarse bien, a parte la reacción de Dae al verla fugazmente en la videollamada me dio la sensación de que no se concentraría demasiado si la tiene cerca. ¿Qué es eso de que la encontró? ¿A qué se refería?
-No soy quien tenga que contarte, pero dada su reacción y dado el roce que tuve con ella, creo que fuiste sensato. Mis clases serán con la señorita Altamirano.
-Violeta, le dijo Yong.
-¿Cómo?
-Violeta. Los argentinos no usan los apellidos para referirse a otros, y por lo que nos dijeron sus alumnos, les piden que las llamen por sus nombres. Acostumbrate.
Hwan lo miró extrañado, el choque cultural podría ser interesante, mientras no rompieran su espacio personal como vio que Seojun hacía con las chicas, no habría problemas.
-Es cierto, espero que las diferencias culturales no sean un problema.
-Tranquilo, Hwan, nadie va a estar invadiendo tu espacio. Las referencias son buenas de ambas y calculo que mañana o pasado ya estarán aquí. ¿Sabes que viene Seojun?
-Sí, eso me llamó la atención. Además insistió en acompañar toda la gira. Desde arriba ni se negaron, no puedo entender los motivos, pero calculo que algo tiene que ver con las chicas. Fue muy protector en la llamada que tuvimos con la señorita Altamirano, perdón Violeta.
-Es cierto. Creo que llamaré al Sr. Park para saber qué sucede. No me gusta entrometerme pero Seo cuando se pone en protector puede ser un poco…
-¿Pesado? -Dijo Hwan riendo.
-No quería decirlo así, pero sí. Y ese sentido de mamá osa que tiene con los que quiere espero no nos complique.
-No creo. Algo habrá sucedido. No va a estar mal volver a juntarnos después de tanto tiempo. Creo que ya es más argentino que coreano ese enano.
Así siguieron trabajando en el cronograma de la gira. Hwan no podía dejar de tener en mente la reacción de Daehyun al ver a Violeta por la videollamada y la frase: “la encontré”. Si Violeta llegaba a ser la mujer de los sueños de Dae o bien estaban complicados o bien estaban salvados. Corrió ese pensamiento de su mente, esas cosas solo eran posibles en las novelas románticas no en la vida real. Así siguió con lo suyo, a la espera de que esa sensación en su interior que le indicaba que se acercaban tiempos de cambio tuviera más que ver con la gira que con las mujeres que se estaban acercando a sus vidas.