Había tres cosas que mantenían a Yuta cuerdo durante sus siestas diurnas:
El sonido de la lluvia suave en la ventana,
Los movimientos lentos del bebé,
Y su cobija favorita —esa que olía a Toge.
No era cualquier cobija.
Era su cobija de supervivencia emocional.
Olía a jabón, a té, y a ese toque leve de especias que siempre se quedaba en la ropa de Inumaki.
Cada día, Yuta se envolvía en ella como un burrito y dormía feliz.
Hasta que un fatídico jueves... no la encontró.
—¿Dónde está? —preguntó Yuta al aire, revolviendo el sofá.
Nada.
Fue al dormitorio.
Nada.
Revisó la secadora.
Vacía.
Su voz tembló:
—No... no puede ser...
Cinco minutos después, el salón parecía zona de desastre.
Almohadas por el suelo, cajones abiertos, y Yuta con los ojos vidriosos, sujetando un cojín como si fuera un pañuelo de emergencia.
Cuando Toge llegó, lo recibió el caos.
—Tuna mayo...? (¿Qué pasó aquí...?)
Yuta lo miró, con lágrimas acumulándose.
—¡Mi cobijaaaa! ¡La que huele a ti! ¡Desapareció!
Toge parpadeó, procesando.
—Kelp flakes. (¿La gris con bordes blancos?)
—¡Sí! —sollozó Yuta, agarrándose el pecho como si fuera una tragedia griega—. Iba a dormir y... y no estaba. Y ahora no puedo dormir, ni respirar, ni existir.
Toge se agachó y lo abrazó, conteniendo una sonrisa.
—Shake shake. (Tranquilo, bonito. La lavé esta mañana.)
Yuta se separó un poco, mirándolo con horror.
—¿¡La lavaste!?
Toge asintió, inocente.
—Tuna mayo. (Olía a ti, y pensé que querías que oliera a limpio.)
Yuta lo golpeó suavemente en el pecho, sin fuerza.
—¡Precisamente! ¡Olía a ti! ¡Y ahora huele a jabón neutro, que NO ERES TÚ!
Toge soltó una risita muda, acariciándole el cabello.
—Bonito. (Puedo volver a "aromatizarla", si eso ayuda.)
—¿Aromatizarla...? —preguntó Yuta, entre sollozo y confusión.
El alfa se acercó, rodeándolo con los brazos, acercando su cuello al suyo.
Su aroma lo envolvió: cálido, especiado, familiar.
Yuta respiró hondo, la tensión disolviéndose poco a poco.
—Ahí está... —murmuró, acurrucándose contra él—. Ya... ya vuelve a oler bien...
Toge sonrió, bajando la voz:
—Kelp flakes. (Entonces dormirás conmigo hoy. Así no se pierde el olor.)
Yuta asintió, todavía abrazado.
—Prométeme que no lavarás mis cobijas nunca más.
—Shake shake. (Prometo. Pero sólo si prometes no morderme por lavarlas.)
—...No prometo nada —dijo Yuta, ya medio dormido sobre su pecho.
Toge rió bajito, cubriéndolos a ambos con la cobija "restaurada".
El olor volvió, la calma también.
Yuta suspiró, feliz.
—Te odio un poquito... pero te amo más.
—Tuna mayo. (Lo sé, bonito. Yo también te amo.)
Y, finalmente, Yuta se quedó dormido, con el aroma de Toge envolviéndolo de nuevo.
Caos neutralizado. Hormonas: en paz.
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Operacion Red Velvet ^^
Fanfiction⋆౨ৎ˚⟡˖ ࣪ Inuokko mis papis( ˶°ㅁ°) !! Yuta(es el bottom jejej) Toge(top) 𓇼 ⋆.˚ 𓆉 𓆝 𓆡⋆.˚ 𓇼 si no t gusta este ship, te recomiendo no leer esta historia y leer otra de tu agrado jejej(ᵕ-ᴗ-)
