III. Etihw (2)

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Disclaimer: The Gray Garden no es de mi propiedad, le pertenecen a Ogekom y Deep Sea Prisioner.

Advertencias: Posible OoC, historia completa de mi autoría, cualquier parecido con otra es coincidencia.

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Durante mucho tiempo, las escuelas Blanc y Black habían tenido ciertos enfrentamientos por distintas razones, tanto académicas como deportivas, aunque siempre el instituto Blanc terminaba ganándole a a la academia Black.

Eran rivales, por así decirlo. Etihw lo sabía muy bien, por eso mismo deseaba que los estudiantes que se debatían entre Blanc y Black eligieran su escuela, bien se sabía que Blanc era exigente pero Black lo era mucho más. Por eso no era de extrañar que Etihw mostrara cierto interés en Kcalb Mond, no cualquiera era aceptado en Black y aún así veía a Blanc como una buena opción.

Definitivamente algo muy interesante.

—¿Ya estás lista , Etihw?

La voz de Justim la llamó tras la puerta de su habitación.

—En un momento —dijo ella acomodando su vestido blanco y la horquilla de diamantes blancos que adornaba su cabello. Una vez comprobó que tanto el maquillaje como su vestuario y tocado estaban perfectos, tomó su bolso y se acercó a la puerta—. Nos vemos en la noche, Ciel.

Se despidió de su compañera de habitación, la rubia asintió con timidez deseándole una buena cena familiar. Etihw le sonrió y salió de la habitación para encontrarse con su elegante hermano, que brillaba más por su sonrisa amable que por el traje caro que tenía puesto.

—¿Vamos?

—Sí.

Le tomó por el brazo, como su acompañante, ese día, había una reunión familiar que tenía que ver de todo menos de la familia.

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—El joven Seiya será el que lea el testamento —informó el abogado—. Como hermano mayor, por petición del señor Shiraiwa.

Justim asintió con agradecimiento, mientras que al fondo, la mitad de los hermanos gruñeron de frustración, o quizá envidia, Justim siempre había sido el favorito del dueño de todos los bienes que se repartirían esa noche, además de Etihw, que fue como la niña de sus ojos.

—Empieza pues, hermano —dijo la chica de traje ancho que a pesar de ser unas cuantas tallas más de la que sería su talla perfecta, le quedaba espectacular. —Tengo asuntos que resolver y no puedo perder más tiempo

—Hacemos esto en memoria de nuestro padre, Elux —le recordó un hombre que despegaba un cigarro de sus labios para luego apagarlo en el cenicero, sopló un poco de humo y se cruzó de brazos en su lugar—. Ten más respeto.

—Ya está muerto, ¿qué más da?

—Bueno, ¿van a dejar empezar a Justim? —Preguntó el peli-azul del fondo que lucía aburrido y cansado.

Todos los presentes se quedaron en silencio recobrando la cordura, Etihw (la más joven de los hermanos Shiraiwa) se limpió educadamente los labios después de terminar su cena, la cual a pesar de ser deliciosa se sintió claramente amarga con la presencia de sus presuntuosos familiares, lo único que la reconfortaba era la presencia del hombre que hace unos momentos estaba fumando, Fummus, posiblemente el único (a parte de Justim) que no era hipócrita ante la situación.

Tanto él como ella y Justim estaban de luto por el señor Shiraiwa, su anciano abuelo que los había cuidado por tantos años tanto en su infancia como adolescencia.

—Gracias Liliya —asintió Justim con una sonrisa agradecida antes de recibir el testamento de manos del abogado. Todos observaron expectante al chico de cabello avellana, que abrió el sobre, del que sacó unos pocos papeles que leyó en pocos minutos. Después, procedió a observar a sus hermanos. —¿Desean que lo les completo? ¿O prefieren que vaya directo al punto?

Blanc-Black: The first yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora