LOVER Taylor Swift

Call It What You Want

El celular de Nova no paraba de vibrar. Cada notificación era un recordatorio de que el mundo entero parecía haber descubierto su secreto. Fans en Twitter, mensajes de amigas, notificaciones de Instagram... incluso memes que la hacían sonrojar.

—Taylor... —susurró, mirando la pantalla con ojos desorbitados—. ¡Se filtró!

Taylor, sentada frente a ella en el estudio de grabación, soltó un suspiro dramático y apoyó la cabeza en el hombro de Nova.
—Bueno... no exactamente "se filtró". Más bien... alguien reconoció nuestra química en un evento y lo volvió viral.

Nova tragó saliva.
—¡Viral! Taylor, ¡VIRAL!

Taylor rió, aunque con un dejo de nerviosismo.
—Es... bueno, es un montón de ojos sobre nosotras. Pero, ¿sabes qué? Yo estoy bien. Estoy bien si estamos juntas.

Nova la miró, y por primera vez, la inseguridad cedió un poco.
—Yo también... —dijo, temblando apenas—. Pero, ¿y si los fans...?

—Los fans van a reaccionar —interrumpió Taylor, tomándole la mano—. Algunos van a amar la idea, otros no tanto. Pero mientras nosotras sepamos lo que sentimos, eso es lo que importa.

Un silencio dulce se instaló. Y entonces, como si el universo insistiera en recordarlas, Travis apareció detrás de la puerta con una bolsa de donas.
—Chicas, ¿ya vieron los memes? Porque si no, necesito mostrarles algunos que son épicos.

Nova cubrió su cara con las manos, pero Taylor no pudo evitar reírse.
—Travis... —dijo, intentando sonar seria—. No necesitas empeorar la situación.

—Nah, al contrario —contestó él, con una sonrisa—. Es divertido verlas así. ¡Y además, nadie puede negar que son adorables juntas!

Taylor y Nova se miraron, y de repente todo el estrés se desvaneció. Entre risas nerviosas, memes y donas, entendieron algo importante: no podían controlar lo que el mundo pensara, pero sí cómo se apoyaban la una a la otra.

—Entonces... ¿lista para salir a enfrentar a Internet? —preguntó Taylor, apretando suavemente la mano de Nova.

Nova asintió, con una sonrisa tímida pero segura.
—Sí... contigo, siempre.

Y así, juntas, decidieron que nada ni nadie podía robarles su momento, ni siquiera los fanáticos más curiosos.