"¿estás agusto?"
"Regular"
.
Roberto no podía parar de pensar en esa escenita en el set, como lo sostuvo entre sus brazos... pero se obligó a dejar de hacerlo cuando ingresó al camerino de Carlos, junto con él.
"De qué quieres hablar" preguntó Roberto con los brazos cruzados, teniendo que alzar bastante la cabeza para mirarlo a los ojos y no a sus inevitables pectorales.
No solo tenía grandes los cachetes eh JAJA-
Perdón.
"Sabes muy bien cuál es el problema entre nosotros, Roberto, no te hagas menso"
Carlos se acercó más a Roberto, mirándolo directamente a los ojos, prácticamente agachándose para poder estar a su altura.
Roberto se vio medio nervioso, más una cuando el típico "nosotros" nació en la conversación.
"Eso... Tu sabes que se me chispoteó..." Se rasco la nuca y rio, evidentemente nervioso, pero fue el único riendo, nunca dió risa...
"Un beso se te puede chispotear?"
Carlos atacó irónico, y el tema tan molesto del que debían hablar salió a la luz.
Roberto estaba arrinconado, literalmente hablando, su espalda estaba pegada a la pared mientras Carlos lo veía desde una interesante vista.
Los recuerdos de esa noche denominada "loca" eran claros, no estaban pasados de copas, tenían unas cuantas encima, sí, pero no las necesarias como para emborracharse.
Estaban hablando de un tema no importante, un poco demasiado cerca, mirándose a los ojos y riendo por las tonterías del otro.
No sabía cómo ni cuando sus narices rozaban y de repente, estaban besándose.
No era como los que tenía con todas sus amantes anteriores, no, fue un beso sorprendido, dudoso, pero sin ir desenfrenado, el objetivo no era un acostón, había algo más a fondo, pero ninguno de los dos quería sumergirse en eso.
"Y bien?"
Carlos hablo insistente, sacando a Roberto de sus pensamientos.
"No... lo sé, mira yo creo que eso fue un claro error, tomamos copas..-
"No mientas que bien sabes que estábamos muy conscientes" interrumpió Carlos, ya estando algo molesto, debía admitir que le molestaba no tener el control.
Se acercó más, ahora sus narices volvían a rozar, la tensión clara en el ambiente, los dos lo podían sentir, ¿qué... Qué había entre ellos ahora?
"¿Tanto te cuesta admitir que te gustó? En vez de ignorarme como un cobarde"
Reclamó Carlos, sus manos viajaron hacia la cadera de Roberto, obligándolo a permanecer atrapado contra la pared.
Roberto tampoco hizo nada para detenerlo.
Se quedaron así, Roberto atrapado mirando los labios de su aparente mejor amigo, compañero... y algo que no podía describir.
Carlos dudo en avanzar más, pero era obvio entre ellos, el ya había aceptado cosas que Roberto aún no.
Sin esperar una respuesta, tomo la mandíbula de Roberto con su mano libre y lo atrajo hacia él, sus labios ahora tocándose en un beso.. extraño.
Era diferente al primero que compartieron, en este Carlos pudo dominar fácilmente, Roberto no lo detuvo.
Mediante el beso transmitieron su frustración, Roberto por no entender sus sentimientos en ese momento, y Carlos por la misma situación.
La puerta fue tocada y en ese momento Roberto vio su carrera pasar por sus ojos, empujó a Carlos hacia la otra pared cercana, logrando que resbalara, mientras él se quedaba aún en la pared.
Antonieta pasó justo en ese momento, abriendo la puerta por completo. "Hey Carlitos ¿ya estás listo? Según que ya tiene que salir Quico y- ¿Roberto?"
Entro directamente, vagando su mirada por el camerino, primero viendo a Carlos apoyado en la otra pared, con una posición casi imposible de lograr sin magia negra, y a Roberto, en el camerino de Carlos.
"Eh.. mira Toni, vine a conversar con mi amigo Carlos, yo ya no hago nada bueno aquí, me voy"
Y sin pensarlo mucho Roberto salió disparado del camerino, como si tuviera que soltar a Florinda, o sea, la mierda.
Antonieta lo vio irse y miro a Carlos, como pidiendo una respuesta a la escena tan raro que acababa de presenciar.
"A mi no me mires, eh, yo intenté hablar" dijo irónico, con ayuda de la pared enderezandose.
Se reincorporo, acomodándose el anterior disfraz puesto, y mirando el de Quico puesto en la silla, así que eso era lo que olía mal...
"No voy a hacer preguntas más, por ahora, pero necesitamos a Quico ya, te me apuras" Antonieta sonrió, entendiendo que algo pasaba y no era mucho de su incumbencia, le guiño un ojo a Carlos burlona y salió del camerino.
"Ese chapulín me va a volver loco" habló Carlos cuando pensó que nadie le escuchaba.
Pero tú sabes porque aclare ese nadie, obviamente siempre hay una chusma de las que nos tenemos que cuidar.
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Roberto se encontraba saliendo del baño, ahora con la cara bien lavada, y el cuerpo bien fresco, o eso quería creer.
Sacó uno de los cigarros en su bolsillo, colocándolo en sus labios y lo encendió con un cerillo de por ahí.
Lo colocó en los mismos labios besados por ese hombre.
Ni pudo pensar bien en eso cuando alguien se paró a su lado y le tomó por los hombros, obligándolo a voltear, será...?
"Roberto"
Ah, no, era la vieja chancluda- digo, Florinda.
"Nos toca grabar El chavo del 8 ¿por qué no estás cambiado ya?"
Lo abrazó del cuello, dejándole un beso en la mejilla, muy cariñosa.
Roberto no la miro, caló su cigarrillo, para luego tirarlo al suelo y pisarlo para apagarlo.
"No me di cuenta, perdón" se disculpó medio desorientado, apartándose suavemente de los brazos de Florinda.
Ella lo miro no muy alegre, tenía una expresión amargada.
Ya estaba vestida con su atuendo de vieja amargada, la verdad no lo necesitaba.
"Pues debes apurarte eh, sabes que no se toleran retardos" y ahí iba de nuevo, desde su amorío con Florinda, ella se había tomado la libertad de mandonear a todos, como si fuera una jefa.
"Si, ya te entendí"
Roberto se alejó, para dirigirse ahora sí a su camerino, dejar todos sus problemas y volver a actuar como si nada.
A lo lejos lo veía Florinda, con los brazos cruzados, estaba muy enterada de lo que estaba pasando, y no pensaba dejar que continúe.
"Oh no, no vas a volver a meterte en mi camino, no está vez"
