Me sentí culpable por haberle dicho eso, pero no podía retractarme, yo lo sabía y él igual, no era creyente del arrepentimiento. Pasé mi lengua por mis labios y suspiré entre ellos, observé por unos segundos como jugueteaba con mis uñas mientras con su pulgar hacía leves caricias en la parte inferior de mi mano.
— En aquel entonces no te conocía lo suficiente para responderte con un sí — musité a penas encontré las palabras correctas para responderle.
— ¿Y hoy me conoces lo suficiente para hacerlo? — inquirió mirando con una ceja arqueada.
— Creo — titubeé.
— No, no lo haces, aunque no puedo negar que me conoces lo requerido para destruirme — confesó ladeando sus labios.
— ¿Destruirte? — ironicé — ¿Por qué lo haría?
Él se encogió de hombros evadiendo mi pregunta, soltó mi mano y se levantó del suelo para alejarse a una distancia requerida de mí a espaldas, movió su pie impaciente y se giró para dar tan solo tres zancadas y arrodillarse ante mí mirándome con tanta profundidad que pude sentir un choque de electricidad entre nosotros.
— Weigel, ¿te puedo pedir un favor? — preguntó impaciente, su labio volvía a temblar y sabía que estaba entrando en uno de sus ataques de nerviosismo.
— Claro — hablé en un aludido esperando por sus palabras.
Entreabrió sus labios unos milímetros para poder hablar pero no dijo nada, podía ver a través de sus ojos que estaba debatiendo con él mismo en si decirlo o no. Después de unos segundos tomó una de mis manos y la llevó hasta su pecho tan delicadamente que sentí temblar.
— Rompe mi corazón si quieres, pero no te vayas. Nunca lo hagas. — sus ojos se cristalizaron y los cerró al instante que bajaba su rostro ocultándolo de los míos.
Todo había dado un giro tan inesperado que no sabía en qué instante o punto de la vida pasó ésto, Luke se había vuelto ante mi tan frágil como una hoja de papel, en tan solo unos días había estado hablando con él alguno que otro de sus problemas y aunque en realidad no dijera mucho, era lo suficiente para saber que lo que estuviera dañandolo era más fuerte que los abusos de su padre.
No supe que decir en este momento por lo cual sólo hice lo que mi cuerpo me dio a reaccionar, quité su mano de la mía, y abracé su cuerpo al igual que él conmigo.
— No lo haré — susurré en su oído, puse mi rostro entre su cuello y hombro aspirando su olor, no tenía un olor en especifico, y era algo aún más magnifico porque me hacia experimentar olores que solo él creaba, en su ropa todavía se podía sentir el olor del tabaco o marihuana, y por muy molesto que fuera aquello en mis pulmones, podía soportarlo sólo por él.
Luke deshizo el abrazo y medio sonrió, fue una sonrisa melancolía que me hacía sentir terrible. No pude hacer nada más para que estuviera feliz. Hice una mueca y pasé mis dedos por su cabello observando como sus raíces eran de un color más oscuro haciendo que luciera como un teñido que se estaba acabando sin tinte.
— ¿Tu padre fue el causante de las hematomas que tenías aquella vez que me diste tu suéter? — pregunté.
No me gustaba aprovecharme de su condición en la que se encontraba, pero era la única manera en que podía decirme algo que pudiera entender un poco más sobre él.
Luke me miro serió por unos instantes, para luego aflojar su rostro enseñando uno mas relajado, él solo negó con la cabeza, sabía que decía la verdad, sus ojos lo decían.
— No lo hizo él, fue algo de torpeza por parte mía — pronunció con melancolía.
— ¿Por qué me mentiste que trabajas solo algunos días?
— Es que así es, pero mi padre me obliga a ir otros días, es tan insoportable — confesó y sus ojos empezaron a cristalizarse de nuevo — Desde que mis hermanos y yo eramos chicos, él ya tenía el destino de cada uno planeado, quería que uno de mis hermanos tomara su lugar, pero no se pudo, es por eso que ahora vive cada uno de sus días frustrados jodiendo mi existencia, y creo que lo merezco.
— Claro que no — alenté — No tiene el derecho de tratarte de tal manera.
— Su hijo favorito no ocupó su lugar porque yo lo arruiné — una lágrima se escapó secándola al instante y gimió — Hasley, no quiero hablar de ésto.
— ¿Por qué?
— ¡Porque no! ¡Porque no me gusta hablar de ello!
— Pero... — me interrumpió.
— Por favor — murmuró.
Me limité a asentir y él solo bajo la mirada, se puso a un lado de mí y apoyó su cabeza en mi hombro, podía oír su respiración, no estaba tranquila. Era un poco rápida con algunas pausas pesadas.
— ¿Quieres ir a mi casa? — mencionó de la nada.
— ¿Qué? — pregunté confundida alejándolo de mí para verlo a la cara.
— Mis padres no están, te quiero enseñar algunas cosas — se encogió de hombros.
— ¿Y tus hermanos? — demandé. Él sólo rió amargamente por lo que había dicho y negó.
— Ya no viven ahí — respondió — Si no quieres ir solo dilo.
Mofó levantándose del suelo y comenzar a caminar. ¡Este chico era increíblemente raro! No me dejaba siquiera pensar en su propuesta, o tener una respuesta coherente, no tenía ni idea del por qué quería que fuera, así como no sabía que le diría a mi madre sobre mi ausencia del instituto, estaba segura que esta vez me encerraba en el sótano sin comer, aún sonara tan dramático, porque ni siquiera teníamos uno.
Me levanté rápidamente y corrí en dirección a el chico gritando su nombre, cuando estuve cerca de él, lo hale del brazo y él me miró volcando los ojos.
— Esta bien — acepté — Iré.
— Ok — pronunció frío, me miró serio para darse la vuelta y comenzar a caminar conmigo siguiendo su paso.
¡Oh por Dios! ¡Quería golpearlo!

ESTÁS LEYENDO
BOULEVARD © #1 [✔]
Teen Fiction• YA A LA VENTA EN TODAS LAS LIBRERÍAS DE LATAM Y ESPAÑA • ADAPTACIÓN AUDIOVISUAL POR WATTPAD WEBTOON STUDIOS «Es como si cada uno fuera un cielo. Uno es tormenta y el otro un día soleado.» (IG) ILUSTRACIÓN: @madameardent ...
Capítulo 12
Comenzar desde el principio