| T o r m e n t a |

Start from the beginning
                                        

Pero justo cuando Zeff se giró hacia mí con los brazos cruzados, el sistema parpadeó frente a mis ojos.

Pero justo cuando Zeff se giró hacia mí con los brazos cruzados, el sistema parpadeó frente a mis ojos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Abrí ligeramente la boca, pero no salió sonido.
Solo parpadeé. Una vez. Luego otra.
El texto seguía ahí. Inamovible. Burlón.

-...Estaré a su cuidado -murmuré, resignado.

Levanté un poco la mirada, intentando sonar más formal, más... neutral.

-Trabajaré aquí... hasta que pueda volver a tierra firme.

Zeff asintió, satisfecho, y en ese momento, como si el universo se empeñara en arruinarme el día, la puerta se abrió sin tocar.

-Viejo, los idiotas de la mesa cinco se están quejando otra vez -dijo una voz juvenil, con tono fastidiado.

Lo vi entrar como si fuera su casa, lo cual, pensándolo bien, probablemente lo era. Delgado, el cabello rubio algo alborotado, y esa ceja de remolino tan característica que giraba hacia la derecha.

Y entonces lo reconocí.
Sanji. ¿Quince años? Claramente aún no había zarpado con Luffy, aún no había empezado su viaje...pero ahí estaba, justo frente a mí.

Mi corazón dio un pequeño salto. Pero no moví ni un músculo. No podía. No debía. Me forcé a actuar como si no supiera quién era.

Zeff se levantó con un gruñido, cansado.

-¡Tch! Ya voy -Luego me miró de reojo- supongo que ya conociste a uno de tus nuevos compañeros.

Sanji me miró por primera vez, levantando una ceja.

-¿Y este? ¿Otro inútil que come y no piensa pagar?

Mi ceja tembló y fruncí apenas los labios, conteniendo una respuesta automática.
Ok. Esto iba a ser... divertido.

El Baratie estaba vivo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El Baratie estaba vivo.

Incluso en los pasillos laterales, lejos del bullicio principal, los ecos de risas, pasos y platos chocando seguían presentes, como un pulso constante.

Game SystemWhere stories live. Discover now