Capítulo 61
Miami III
Si esta es la vida de Miami tengo que empezar a plantearme cosas. Eso es lo que pienso mirando las pulseras de oro expuestas en la tienda a la que hemos entrado. Los chicos están regateando con el que parece ser el dueño y es digno de ver.
Paconi tratando de hacer que le rebaje mil euros en un reloj que vale lo mismo que ganan mis padres en todo el año, me deja un poco catatónica. Más cuando Dani hace lo mismo, tratando de conseguir una mejor oferta para varias cadenas de oro.
—Me estoy mareando.—mascullo viendo las tarjetas blancas en la que aparecen los signos de dólar acompañados de demasiados números.
—Te acostumbras.—se ríe Rubén. Es la primera vez que me dirige la palabra de forma directa desde que le vi en República Dominicana. La timidez parece haber desaparecido por un momento.
—¿Tú crees?—sigo mirando de reojo la interacción. En realidad creo que una de las cadenas es para Adri, pues le sigue debiendo un regalo de cumpleaños.
Aunque nada va a superar nuestra camiseta, claro.
—Tienes que mirar los precios quitando ceros. Ese es mi truco.—se ríe mirando al suelo, las mejillas rojas de haber si quiera cruzado palabra conmigo. —¿Ves ese reloj que vale cien mil? Pues si le quitas los ceros de detrás solo vale cien.
Lógica aplastante.
—Eres un genio incomprendido.—niego con la cabeza.
—Pensaba que ese era yo.—aparece Kruffy, apoyándose en mi hombro sin que me de cuenta y uniéndose a la conversación.
—Celoso.
Pone los ojos en blanco, pero no dice nada porque sabe que tengo razón.
Me hace cierta ilusión haber conseguido que Ruben diga algo, porque en este punto pensaba que íbamos a terminar el viaje y solo iba a escuchar su voz cuando da las gracias al pasarle un tenedor.
Que es cuando le oigo hablar normalmente.
Los chicos se enzarzan en otra conversación sobre dinero, y como me angustian las matemáticas mentales y pensar en las cantidades que se están moviendo en esta sala, incluido Ganga, me dedico a observar los expositores.
Tiene muchos colgantes como los que llevan los raperos, me recuerdan al que tiene Jopa con su nombre escrito en brillantes. También tienen cadenas mas femeninas, algunas con mariposas que me hacen pensar inmediatamente en Aitana y me cierran la garganta, y otros con estrellas o lunas.
En otras baldas tienen anillos, los típicos de promesa y de compromiso, y alguna que otra alianza de boda.
Creo que aunque tuviera todo el dinero del mundo preferiría algo mas simbólico que llevar una piedra de miles de euros enganchada al dedo.
—Una pulsera bonita.—comenta la otra dependienta, una mujer de edad media que se ha quedado atrás cuando los chicos empezaban a negociar.
Sus ojos están en la cadenita con enganches de la ciudad de Nueva York que me regaló Plex hace un año.
—Tiene un valor especial.—sonrío mirando el metal que tintinea en mi muñeca.
—Eso parece.—sonríe para si, como si supiera algo que yo no.—¿Te la dio alguien importante para ti?
Es más que eso.
Obvio que la tengo cariño por que me la dio Dani. Pero también tengo tatuado en la memoria aquella noche cuando la enganche en mi brazo. Y por todas las otras cientos que he pasado admirando su brillo, sola en mi apartamento de Los Angeles, pensando en como de diferentes podrían ser las cosas.

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Cien Noches | YosoyPlex y Adridobylus
FanfictionDiez meses han pasado desde que se acabo la vuelta al mundo. Y diez meses, es mucho tiempo. Cuando Plex, Adri, Borja y Jopa comienzan a dar la tercera vuelta, no pueden olvidarse de su editora favorita: Alicia. PARTE II: OCHENTA DÍAS No es impresci...