II. Etihw (1)

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Disclaimer: The Gray Garden no es de mi propiedad, le pertenecen a Ogekom y Deep Sea Prisioner.

Advertencias: Posible OoC, historia completa de mi autoría, cualquier parecido con otra es coincidencia.

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 Ser la presidenta de una de las más prestigiosas escuelas de todo Deep Sea Prisioner City era un trabajo agotador, una persona normal habría dejado el puesto desde hacía mucho, pues la escuela, los deberes, la vida social, los clubes y aquella responsabilidad terminarían llevando a la demencia a cualquiera, menos a Etihw.

La chica era la única capaz de soportar tanta carga y seguir en pie ni sudar, para muchos, la presidenta Shiraiwa no era humana, era como si fuese un androide que no necesitase más que luz del sol para vivir.

Pero lejos de todos esos rumores –entre ellos que era una cruel bruja que podía congelar con sólo una mirada–, Etihw era tan normal como cualquiera de los muchachos de la escuela, comía, dormía, se sentía cansada y se enojaba, que tuviese una vida ordenada y un horario equilibrado era algo muy diferente a ser un androide.

Incluso, podía llegar a disgustarse por muchas cosas, entre ellas, estar cerca del hombre que la observaba fijamente.

—Buen trabajo, señorita Shiraiwa —felicitó el director recibiendo el portafolio de eventos y asistencias de todo el año—. Tan efectiva como de costumbre.

—Se lo agradezco —asintió la joven—. Sólo hago mi trabajo.

—¿Va todo bien en la escuela?

—Completamente.

—Su rendimiento.

—Estable en todos los sentidos.

—Perfecto —dijo el director satisfecho cerrando el portafolio, antes de acomodarse en su asiento y extenderle una carta a la chica—. Hay una reunión el quince de Diciembre, ve apartando tu agenda, Etihw —el presidente dejó toda formalidad de repente, hablándole a la chica con un tono más relajado y familiar.

—¿Será en la casa de Siralos? —Preguntó Etihw viendo el sello de la invitación: un sol.

—Muy lista, no faltes.

—Aunque deseara faltar, tú me lo impedirías, Justim —respondió ella con tranquilidad, con ese típico tono monótono que utilizaba cuando deseaba reprochar algo.

—Eres inteligente, por eso eres mi hermana, ahora, vuelve al campus, ya serán las seis y mañana tienes que madrugar para instruir a los que aprobaron todos los exámenes, ¿me equivoco?

Etihw hizo una reverencia en forma de respeto y salió de la oficina del director Justim Seiya Shiraiwa, su hermano mayor. La relación de ambos era algo tensa, puesto que preferían mantenerse apartados para que a los ojos de los alumnos, el cargo de Etihw no pareciera un favoritismo de parte del director.

Por eso a ella le incomodaba estar con él, desde que se volvió presidenta, la relación de ambos se fue deteriorando lentamente hasta dejar lo que era ahora: una relación basada en formalidades y deberes familiares. Y aunque soñase triste, ya se había acostumbrado a ese ritmo de vida.

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—Buenas noches, Ciel —saludó Etihw entrando a su habitación—. Es tarde, ¿tienes examen?

La muchacha negó con la cabeza suavemente. Etihw le sonrió un poco, asintiendo mientras ordenaba en su escritorio los libros que traía en sus manos.

La habitación de Etihw y Ciel era sencilla, de paredes blancas, totalmente arreglada algún que otro cuadro en azul y un pequeño florero con azucenas dentro; las camas estaban una a lado de la otra y en la derecha, con cobertor de listones y flores azules, Ciel, la chica rubia con apariencia angelical observaba a Etihw ya con su ropa de dormir, preocupada y algo avergonzada.

Blanc-Black: The first yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora