VI. Pocos minutos.

Start from the beginning
                                        

—¿Que vas hacer?

—Acercáte más, te necesito más cerca—Murmura ahora, pareciendo cansado. Comienzo a preocuparme ahora, con rapidez me apoyo en mis rodillas. Me acomodo un poco, pero el me detiene—Transferiré magia, y tú serás mi canal físico. Quédate quieta, princesa.

Asiento, inmóvil. Es un proceso doloroso, tengo sólo un poco de conocimiento, nada más allá de lo que relataban en los libros.

—Será rápido, pero concéntrate muy bien ¿bien?—Se asegura con cuidado.—Pon tus manos alrededor de las flechas. Y repite, todo lo que yo diga, cierra los ojos. Sólo concéntrate, el resto lo haré yo, ¿bien?

Su piel ardía al colocar ambas palmas alrededor de la herida, sin presionar, sólo cómo un punto de contacto. Arath soltó una bocanada de aire, agachando la cabeza, la subió y me miró, asegurándose de mí, buscando algo que dijera que aún no podía, pero seguí inmóvil, después comenzó a susurrarme.

Asentí mirándolo a los ojos. Trato de concentrarme lo más que puedo. Cada palabra que repito es un hilo de luz que cose su carne, pero que me roba el aliento, sintiendo un flujo de líneas ardiendo en mis brazos, cómo si me arrancara las venas.

Al terminar abro los ojos y veo la herida. Una luz blanca, pura y brillante, las atraviesa, las flechas caen y las heridas se cierran completamente. Sonrío, por primera vez uso magia. Y pude hacerlo, ¿quizás si tenga esperanzas?. Mi cabeza comienza a dar vueltas, el vestido se me pega al cuerpo, me mareo pero quiero ver cómo se cura su herida, quiero ver cómo logré hacerlo, sentirme orgullosa de poder haberlo hecho.

Mis párpados se van cerrando poco a poco, aún con la sonrisa en el rostro miro a Arath que ya me mira, su mano me toma la mejilla en dónde el caballero me cortó. Y me voy hacía adelante cerrando los ojos por completo.

***

Me doy cuenta que sólo fueron segundos en los que perdí las inconsciencia. Miro a mi alrededor recostada de la pared. Arath no está a la vista, y empiezo a pensar que se marchó y me dejó en este sitio.

La frente y el cuello me sudan, ¿que me pasa?, cierro los ojos respirando profundamente. Ya entiendo, es la biblioteca, es lo contrario a los pasillos, está caliente, mientras que los pasillos son fríos.

Me coloco de pie, buscando a un chico alto, de ojos violetas pero por aquí no está. Y me da un poco de temor ir a buscarlo en esta biblioteca solitaria y desconocida. ¿Que pasa si lo voy a buscar y termino llegando a otro lugar? o ¿Lo voy a buscar y en realidad me dejó aquí tirada a mi suerte?

Sacudo la cabeza, tratando de que no me domine el nerviosismo y la negatividad. No le hago caso a mis pensamientos, comienzo a alejarme solo un poco entre los estantes, mirando entre los espacios con curiosidad. Tratando de encontrar a Arath.

¿Cómo volveré si él no está? ¿Se fue y me dejó aquí? ¿Sin ninguna idea de cómo regresar por aquel pasillo oscuro? Comienzo a desesperarme pero por suerte algo captan mis ojos.

Es un libro, pero completamente diferente a todos los que he visto. Es blanco, pulcro y brillante, está forrado de plumas blancas y en medio de éste un círculo negro y rojo está un ojo, pero este ojo es diferente a todos lo que he visto jamás, no sé a qué raza pertenece. Es verde intenso, y las venas resaltan en él, tiene un brillo especial y atrayente. El ojo me mira y cuando lo hace siento unas inmensas ganas de abrirlo y ver qué dice adentro.

Pero me detengo, este libro, es igual a los otros dos, pero diferente, entonces son tres, o más de tres. Y antes de abrirlo, el libro desaparece de mis manos. ¿Qué?

A Я A T HWhere stories live. Discover now