Melody caminaba por los jardines, pensando en cómo convencer a su abuelo de que Asher era el más capacitado para ser rey. Mientras reflexionaba, escuchó un murmullo de voces. Se acercó con cautela y vio a tres chicas hablando y contándose chismes. A Melody nunca le gustó ese tipo de conversaciones, así que intentó alejarse, pero alcanzó a oír que mencionaban a los amigos de su hermana. Entonces decidió esconderse para escuchar mejor.
—No entiendo cómo el rey Ben pudo elegir a alguien que no está capacitada para ser reina. ¿Acaso no sabe cumplir con sus obligaciones? —dijo una de ellas.
Melody frunció el ceño, molesta.
—Yo escuché que le lanzó un hechizo —agregó otra.
—No creo que eso sea cierto —respondió la tercera.
—Oh, por favor, ¡es una villana! Es lo que hacen —afirmó la primera.
Melody no pudo soportarlo más y salió de su escondite, sobresaltando a las chicas.
—¡Oigan! Cuídense la lengua antes de hablar así de la princesa Mal.
Las tres se miraron entre sí antes de clavar sus ojos en Melody.
—¿Y tú quién eres?
—Nadie que te importe.
—¿Y qué te hace pensar que puedes decirnos qué hacer?
—Solo digo que tengan más respeto hacia su princesa. Lo es por una razón, y se merece el respeto. ¿En tu casa no te enseñaron modales?
—Parece que a quien no se los enseñaron es a otra... —dijo la chica con desprecio.
Melody estaba muy tensa. Una de las chicas la observó con atención, como si de pronto todo encajara en su mente.
—Espera... ¿tú eres Melody, verdad? La hermana menor de Addison Montclair.
—Estás en lo correcto. Soy Melody Belle Maris Montclair, princesa de Coralia, heredera al trono y hermana de la reina. Así que exijo el respeto que merezco.
La chica arqueó una ceja y la miró con escepticismo.
—¿¿Heredera al trono?? No me hagas reír...
—¿De qué hablas? ¿Acaso nunca te enseñaron a respetar?
—No es eso. Solo que no cuenta si robaste el trono a alguien más.
Melody se quedó congelada. ¿Había escuchado bien?
—¿Qué... qué dijiste?
—¿Que de qué hablo? Oh, tú sabes. Escuché por ahí que, por un capricho de tu abuelo, tú eres la heredera, pero en realidad... ¿no se suponía que tu primo debía serlo?
Melody no respondió.
—Parece que tengo razón. Solo eres una fraude. Y no me sorprendería que tu hermana también lo fuera.
Eso fue demasiado. Melody se lanzó sobre ella, tomándola del cabello. Apenas logró hacerlo antes de que alguien la sujetara por la cintura para separarla. Al mirar, vio que era Ryan, quien la miraba con preocupación.
—¿Estás bien, Mel?
La chica en el suelo se incorporó con ayuda de sus amigas.
—¡Yo soy la que recibió el golpe!
Melody apretó los labios y miró a Ryan, pero él no se dignó a mirar a la otra chica. Solo tenía ojos para Melody.
—Contesta, Mel. ¿Estás bien?
Ella asintió.
—¿Por qué lo hiciste?
—Insultó a Mal... y a Addy.
—Y también a ella —intervino una de las amigas, recibiendo un codazo de su compañera.
—¿Qué te dijo?
Melody ni siquiera pudo contestar. Salió corriendo del lugar con lágrimas en los ojos. Ellas tenían razón... Era solo una usurpadora. Corrió por toda la escuela, sin rumbo fijo. La única persona en la que pensó fue en Evie. Cuando llegó, tocó la puerta, pero nadie respondió. Escuchó un ruido dentro de la habitación, así que decidió abrirla. Lo que vio la sorprendió: Mal estaba dentro, con su antigua ropa de villana, empacando.
Mal volteó al escucharla y se encontró con los ojos llorosos de Melody.
—¿Qué haces aquí, Mel? ¿No deberías estar en clase?
Melody no respondió. Antes de que Mal pudiera hacer otra pregunta, se dio cuenta de que tenía lágrimas en los ojos. Alarmada, se acercó de inmediato.
—¿Qué pasó? ¿Quién te hizo esto?
Melody sentía que no podía hablar.
—Descubrieron... mi secreto. Saben que no soy la verdadera heredera. Me trataron horrible...
Mal la abrazó con fuerza. ¿Cómo podían haberle hecho eso a Melody? Ella era una de las niñas más dulces que conocía… y eso que era amiga de Addison.
—Escúchame, todo va a estar bien. Tú vas a hablar con tu hermana, estoy segura de que ella te va a ayudar.
—¿Y tú? ¿A dónde vas?
Mal dudó un segundo, suspiró.
—No me siento del todo bien aquí. Volveré a la isla.
Melody se alarmó y la abrazó con fuerza.
—¡No puedes irte! ¿Qué pasará con Ben?
—Estoy segura de que Ben sabrá arreglárselas sin mí.
Melody la soltó y la miró con ojos llorosos.
—¿Puedo ir contigo?
La pregunta tomó por sorpresa a Mal.
—¿Qué? No... claro que no.
—¿Por qué no?
—Porque la isla es peligrosa para alguien como tú.
—Pero tú podrías cuidarme.
—¿Por qué quieres ir?
—Porque... quiero escapar. Tal vez si me voy, no tenga que ser reina. Asher podría tener el trono. Sé que no pertenezco aquí, después de todo.
Mal no quería aceptarlo, pero no tenía tiempo para convencer a Melody de quedarse. Así que, con fastidio, respondió:
—Está bien. Pero si algo sale mal allá, tú volverás. ¿Ok?
Melody asintió, secándose las lágrimas. Mal tomó una pequeña caja y se la entregó. Melody notó que tenía pequeños agujeros, lo que le generó curiosidad.
—¿Y esto? ¿Qué hay aquí?
—Es mi madre.
Melody recordó el incidente de la coronación de Ben, y todo tuvo más sentido.
—Hola, señorita Maléfica. Espero no le moleste que la cargue yo. La verdad, se ve muy bien.
Mal rió al escucharla. Melody tenía un corazón puro… pero ese mismo corazón corría el riesgo de corromperse si iban a la isla. Mal no iba a permitirlo. Haría lo necesario para esconder a Melody el tiempo que fuera necesario, al menos hasta que alguien fuera a buscarla.

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Entre La Corona Y El Mar
FantasyAddison Rose Maris Montclair, hija de Ariel y Eric, creció protegida tras ser secuestrada por Úrsula. Sus únicos amigos eran Ben, el futuro rey de Auradon, y Jane, hija del Hada Madrina. Pero cuando sus padres deciden enviarla a Auradon para hacer n...