𝗘𝗫𝗧𝗥𝝠

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—  🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

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— 🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

Los gritos infantiles resonaban entre los árboles como ecos de felicidad pura.

- ¡Seth, corre más rápido! - Gritó Claire, riéndose con fuerza, con las mejillas encendidas.

- ¡No tan rápido que se cae! - Reclamó Quil a lo lejos, pero con la voz de alguien que no cambiaría esa persecución por nada en el mundo.

Seth, en su forma lobuna, zigzagueaba entre los troncos con movimientos ágiles pero medidos, cuidando que los gemelos, ahora de casi seis años, pudieran seguirle el paso. Claire llevaba el cabello suelto y hojas enredadas en los rizos. Luca corría como si hubiera nacido con alas, y Quil, fiel a su rol de tío favorito, no les quitaba el ojo de encima.

Más arriba, sentados sobre una roca grande bañada por la luz del sol que atravesaba las copas de los árboles, Kalani y Paul observaban la escena en silencio.

Ella tenía una mano descansando sobre su vientre, ahora redondeado por el embarazo. Su otra mano estaba entrelazada con la de Paul.

Él sostenía en brazos a una bebé dormida. Su hija menor. Una pequeña de rizos oscuros y labios de durazno, que respiraba profundo, con total confianza, como si el pecho de su padre fuera el lugar más seguro del universo.

Y lo era.

Paul, el mismo que un día fue todo fuego y furia, ahora era también tierra. Firme. Presente. Devoto. Ya no ardía para consumir: ardía para iluminar. Y todo en el parecía haberse convertido en hogar.

Kalani lo miró y rió suavemente, recordando.

- ¿En qué momento?

Él la miró entonces. De verdad. Como si acabara de verla por primera vez. Como si los años, los hijos, los días difíciles, las noches sin dormir y todos los momentos compartidos hubieran sido solo la introducción a esta calma.

-  A veces me cuesta creer que todo esto sea real - Dijo él - Tú. Ellos. Nosotros.

Kalani apoyó la cabeza en su hombro, en silencio. La bebé se removió un poco, y Paul la acomodó con una delicadeza que años atrás nadie habría creído capaz de él.

En la distancia, los gritos de los gemelos seguían. Claire trepaba una roca que Seth le indicaba con la cabeza. Luca corría hacia Quil con un palo en la mano como si fuera una espada. El bosque estaba vivo.

La manada también había cambiado.

Sam se había retirado del liderazgo hacía un año, queriendo estar más presente para el embarazo de Emily. Jared lideraba ahora, con firmeza y corazón. Leah, por fin, parecía en paz. Jake seguía yendo y viniendo, trayendo historias y risas cada vez que volvía. Emily... Emily era la abuela de todos. Incluso de los que no la llamaban así.

Kalani tenía veintitrés años ahora. Había crecido con ellos, con todos. Había vivido demasiado en poco tiempo, pero aún conservaba esa luz en los ojos, esa fuerza cálida que volvía a todos mejores. Paul no había envejecido ni un día desde que se transformó a los veinte. Su piel, su rostro, su cuerpo seguían tan firmes como siempre.

Pero al verla a ella, incluso ahora, con el vientre lleno de vida y el cabello revuelto por el viento, Paul solo pensaba una cosa:

- ¿Sabes? Creo que este será mi último año con la manada. Ya nos vemos casi de la misma edad - Dijo él con una sonrisa.

El sol descendía lentamente, bañando a la familia en tonos dorados. El bosque cantaba, los niños reían, la bebé dormía, y el mundo seguía girando... pero en ese rincón del universo, todo estaba exactamente donde debía estar.

Porque cuando el amor es real, profundo, imperfecto y salvaje... nunca termina.

Solo se transforma.

Y ellos, Kalani y Paul, eran la prueba viviente.



— 🍂  A U T O R A


¿Que creen? Estoy pensando en ideas para otra historia jajaja, quieren escucharlas? Otra vez Paul? Les gustaría leer algo más? No pienso dejarlos solitos

𝗣𝗥𝝝𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝝝𝗡  |  ᴾᴬᵁᴸ  ᴸᴬᴴᴼᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora