El chico de la camisa a cuadros | Dylan O'Brien

Nueva amiga|Cap.04

-Hola sr. Watson- dije sonríendo.

Me percaté de que aún faltaban algunos minutos para que sonara el timbre de la siguiente clase. Caminé hasta a mi lugar, la última fila y hasta el fondo, me acomodé en la butaca. El salón estaba algo opaco. Nada comparado a la biblioteca.

- Llegó temprano, la felicito señorita- decía el profesor amablemente, siendo interrumpido por la misma muchacha pelirroja de la biblioteca.

-Hey, ¡ ahí estas!- gritó eufórica, provocando risas entre los presentes.

Me removí en mi asiento y le sonreí amablemente.

-Al parecer compartimos economía- solté algo tímida, saque mi cuaderno, libro, etc.

-¡Es genial! ¿No crees?- hizo un ademán y soltó una carcajada- Porque yo si lo creo, de hecho pienso que podemos ser muy buenas amigas, que digo buenas amigas podemos ser las mejores-amigas-del mundo. Incluso me puedo cambiar a todas tus clases, seria genial y que decir de las fiestas de...-

Estaba escuchándola atentamente, acepto que me dio algo de miedo, ya que me parecío un tanto extraña.

Mer seguía hablando, yo fingia que la escuchaba.

Estaba pensando aún en el posible nombre del muchacho que habia robado mi mente desde unas semanas atrás. Estaba tan sumida en mis pensamientos que ni siquiera me percaté de que mi compañera pelirroja todavía estaba hablando.

-¿Qué piensas?- preguntó y en su rostro se ensanchaba una sonrisa de oreja a oreja.

-Me parece estupendo.

-Menos mal, porque la verdad no tengo amigas. Siempre huyen de mi.

-Dimelo a mi-dije riendo un poco- tengo varias semanas y eres la primera persona con la que hablo, digo, tengo una conversación más o menos decente.

De nuevo empezó a hablar, me perdí cuando noté quién entraba por la puerta.

Era él. No pude dejar de mirarlo, cualquier persona diría que era una acosadora, pero no me consideraba así. Sólo disfrutaba el observarlo todo el día.

Noté que se sentó en la primer fila en el ultimo lugar disponible. Si, aún lo observaba. Al parecer Mer lo notó.

-Oye, ¿Estás bien?- paso una mano por mi cara para comprobar si me encontraba en este planeta.

-Yo...Sí- estaba tratando de salir de mi trance, moví un poco mi cabeza a los lado para tratar de despejar mi mente.- yo sólo...

-Oh, lo observas a el.

¡Demonios! Me había descubierto

-su nombre es...-

Era lo único en lo que le ponía atención, era la primera vez en todo el día en la que estaba dispuesta a escucharla.

-Señoritas, guarden silencio- dijo el profesor señalandonos.

Noté como todos volteaban a vernos. Incluso el morocho, el cual soltaba algunas risitas.

Me removí en mi asiento y me quede con la cabeza gacha.

¡Estupendo! Estaba a punto de saber su nombre, hasta él me miró. ¡Dios! Me miró. O eso creo.

- No se vuelve a repetir, señor- Dijo Mer arrepentida. Me limité a alzar un poco la cabeza y sonreír tímidamente.

Las clases continuaron y para mi mala fortuna, Mer tuvo que irse de emergencia a casa y por si no fuera poco, empezaba a llover. La tarde concurrio lentamente y yo estaba desdeperada por salir de este infierno al que llamamos escuela.