𝗘𝗣. 52

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—  🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

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— 🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

Era una mañana fría en el bosque, con el suelo cubierto por hojas secas y el aire oliendo a tierra húmeda y pino. El tipo de día que dejaba las narices rojas y los dedos entumecidos, menos para los licántropos, claro. Para ellos, el frío era una anécdota. Y para Paul... una ventaja.

Kalani caminaba despacio, aún recuperándose del parto, con los brazos entrelazados con los de su pareja. Paul cargaba a los dos pequeños envueltos en mantitas tejidas por Emily, con el torso descubierto como si fuera pleno verano, pero sonriendo como si tuviera el universo en brazos.

- Te vas a enfermar - Murmuró Kalani sin convicción.

- Imposible. Además, ellos están calientitos conmigo. Mira - Bajó un poco la manta para que Kalani viera a Luca dormir como piedra, con la boquita entreabierta y el ceño ligeramente fruncido, igual que Paul cuando alguien se acercaba demasiado a Kalani - Este ya heredó mi carácter. Y mi talento para ignorar el mundo.

Claire, por su parte, dormía profundamente contra su pecho, acurrucada como si supiera que no había lugar más seguro en el planeta.

Al llegar al claro, se encontraron con la manada ya reunida. Habían improvisado un desayuno campestre: termos con café y chocolate caliente, panecillos recién horneados por Emily, frutas picadas y, por supuesto, una cantidad absurda de comida para los lobos.

- ¡Finalmente! - Gritó Seth, corriendo a su encuentro - ¡Ya estábamos por ir a buscarlos!

Kalani sonrió y lo abrazó jovialmente mientras todos se acercaban con sonrisas genuinas. Jared se ofreció de inmediato para cargar la pañalera, Embry preguntó si podía tomarle una foto a los bebés, y Leah, con una media sonrisa, simplemente dijo -Te ves bien, mamá.

Se sentaron sobre mantas gruesas que Quil había extendido en el suelo. Paul se ubicó en el centro, como instintivamente, con Claire y Luca aún en sus brazos, su calor corporal manteniéndolos perfectamente a gusto. Sam lo miró con una mezcla de orgullo y nostalgia. Emily, sentada a su lado, ya tenía a mano un nuevo par de botitas tejidas para Luca.

Kalani, mientras tanto, se apoyó en Quil sin pensarlo demasiado. Él, desde hacía días, se portaba impecablemente. No cruzaba límites, no pedía más de lo que le permitían. Solo observaba a Claire con una ternura ancestral.

- ¿Puedo...? - Preguntó con la voz baja, como si hablar fuerte fuera a romper algo.

Paul lo miró.

Fueron segundos largos, de esos que tienen peso, pero al final asintió.

- Solo saludar y despedirte. Nada más.

Quil se acercó despacio, se agachó junto a Paul y Claire, y la saludó en voz baja, casi susurrando.

- Hola, pequeña. Te ves fuerte hoy.

Claire no respondió, por supuesto. Solo siguió dormida, ajena a la revolución que ya provocaba. Quil, con una reverencia muda, se apartó y volvió a sentarse.

𝗣𝗥𝝝𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝝝𝗡  |  ᴾᴬᵁᴸ  ᴸᴬᴴᴼᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora