¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
- ¡Emily, no reacciona! - Gritó Paul, cuando el cuerpo de Kalani se estremeció débilmente y su cabeza cayó hacia un lado.
- ¡Súbanla al auto, ya! - Ordenó Emily, dejando atrás cualquier tono dulce o sereno.
Sam ya estaba sacando las llaves de su chaqueta. Paul alzó a Kalani - ¡Abran paso! - Rugió mientras cruzaba la sala.
Embry abrió la puerta. Seth corrió adelante para despejar el camino. Jared se adelantó a encender el motor. Todo era movimiento, respiraciones agitadas, el eco de pisadas enloquecidas por las escaleras.
Paul la sostenía con fuerza, pero no dejaba de repetir su nombre como un rezo quebrado.
- Kalani, amor, no cierres los ojos. Háblame. Di lo que sea, lo que sea, por favor...
Pero ella ya no respondía.
El auto rugía por la carretera como si fuera a romper el asfalto. Jared conducía. Emily iba adelante, dando indicaciones. Sam sostenía el teléfono con el hospital en la línea, tratando de explicar lo inexplicable.
- Tiene cuatro meses... embarazo gemelar... sangrado y dolor... posible desmayo...
Atrás, Paul sostenía a Kalani sobre su pecho, sin dejar de acariciarle el rostro. Estaba helada.
- Por favor, amor. Quédate conmigo. No puedes dejarme. No ahora. No ahora que al fin estás aquí - Le murmuraba con voz rota.
Seth y Embry iban detrás en otro auto, con las luces altas encendidas. Nadie hablaba. Ni siquiera el viento.
Cuando por fin llegaron al hospital, una camilla ya los esperaba. Emily saltó antes de que se detuvieran del todo y gritó por ayuda.
Paul no soltó a Kalani hasta que las enfermeras se lo exigieron con firmeza. La colocaron en la camilla con rapidez, conectándole oxígeno, revisando signos, aplicando presión en el abdomen.
- ¡Necesitamos obstetricia, ahora! - Gritó una doctora - ¡Tiene contracciones irregulares y está hipotensa!
- ¿¡Van a salvarla, verdad!? - Gritó Paul, fuera de si.
- Haremos todo lo posible. ¿Eres el padre? ¡Espera en la sala!
- ¡NO VOY A ESPERAR EN NINGUNA PARTE!
Sam lo tomó del brazo. Estaba temblando, pero firme.
- Paul. Déjalos trabajar. Déjalos...
Paul bajó la cabeza, apretando los puños hasta que los nudillos se le pusieron blancos.
- Si le pasa algo... Sam, si le pasa algo, yo... yo no sé qué voy a hacer...
- Lo sé - Dijo Sam con un nudo en la garganta - Pero tienes que resistir. Por ella. Por los bebés.