44. Hawai'i III

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Capítulo 44
Hawai'i III

El día treinta y seis de la vuelta al mundo ha empezado tan épico como los demás. Un vuelo de isla a isla, la llegada apresurada al hotel y el empezar a prepararnos para la actividad de la tarde: nadar con tiburones.

No hay nada que me apeteciera más en el mundo que ponerme a nadar con uno de los seres vivos más impresionantes que existen. Después de las ballenas, los tiburones son de los grandes animales del mar.

Y no lo voy a negar, me moría de ganas de sumergirme con ellos.

Plex se pasó parte del camino en coche anoche hablando de lo emocionado que estaba de repetir la experiencia. A mí ya me hacía ilusión, pero claro, vivirlo con Dani y el grupo pues lo hacía más especial.

Hasta Lili y yo habíamos conseguido convencer a Anna de que se metiera con nosotras.

Un ligero cambio de planes es lo que ha hecho que me esté comiendo un açai bowl con fresas y coco, con los pies en remojo en el agua de la playa y la toalla llena de arena.

El cambio de planes se llama Jopa, claro.

Desde el principio mi mejor amigo no tenía ninguna gana de ir. Entre el mal estado de ánimo que acarrea y que le dan mucho miedo los bichos marinos, ha sido quien se ha sacrificado cuando no cambiamos todos en el barco.

Y yo, no iba a dejarle solo.

Así que bueno, ahora estamos los dos disfrutando del sol hawaiano. Que no es exactamente como imaginaba que iba a ir mi tarde, pero tampoco me puedo quejar.

—¿De qué te lo has pedido al final?—he intentado convencerle de que se pidiera un bowl como yo, pero al final ha decidido helado.

No le culpo, tenían buenísima pinta también.

Nutella y chocolate blanco.—sonríe enseñándome la tarrina a la mitad.

Sé que las cosas no andan bien porque el ambiente es extraño. Y no recuerdo haber vivido un momento con Jopa en el que me sintiera como que no sabía que decir.

—Jopa.—se gira hacia mí. Es la primera vez que le veo sin la cámara al lado en semanas.—¿Quieres que hablemos de algo o prefieres que chileemos en silencio?

Tengo el ordenador a mano, ósea que, si quiere que estemos cada uno a lo nuestro, puedo editar cosas del trabajo que tengo atrasadas.

—Hablemos.—asiento a su respuesta.—A ver si me cuentas de una vez tus secretos con Plex.—anda, que yo pensaba que íbamos a hablar de sus problemas no de mi vida amorosa.

—¿Mis secretos con Plex? ¿Qué somos ahora el FBI?—bromeo.

—Tú sabrás.—se encoge de hombros.—Venga Ali, que os conozco a los dos a la perfección. Por mucho que finjáis que no pasa nada, te pones tensa en cuanto entra en una habitación. Mirad al suelo, te pones roja e intentas no hablar con él en público.

—¿Qué?—hacerme la tonta es lo único que se me ocurre que puede servir en este momento.

—Además se lo has contado a Borja y él a mi.—el puto dúo sacapuntas.

Sabía yo que no me podía fiar del niño del SIBO. Es un traidor, le gusta más un cotilleo que una zanahoria a un conejo.

Espero que sepa que se la voy a devolver. Todo lo que edite de Lili y Borja va a dar cringe a partir de ahora. Por bocazas.

—Ósea nos estamos conociendo, si.—confieso.

—¿Ya has superado a Adri?—nada, el chico menos directo.

Cien Noches | YosoyPlex y AdridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora