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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
La nieve seguía cayendo de forma suave pero persistente, pintando de blanco los árboles alrededor del claro. No era común que la manada se reuniera así, en silencio, todos de pie y con los rostros tensos. Kalani se mantenía junto a Paul, envuelta en una bufanda que Emily le había tejido a toda prisa. Seth estaba a su otro lado, con las manos metidas en los bolsillos y una mirada grave que no le conocía.
Jacob dio un paso al frente.
- Los Cullen están buscando testigos - Dijo con voz firme, sin rodeos - Gente, o lo que sea, que pueda declarar ante los Volturi que Renesmee no es una amenaza.
Kalani sintió cómo Paul se tensaba a su lado. No dijo nada, pero su mandíbula se marcó al apretarse.
- Una de las vampiros tuvo una visión - Continuó Jacob - Algo... malo viene en camino. Los Volturi se están preparando como si esto fuera una guerra. Y si lo es, vamos a necesitar estar listos.
Un silencio espeso cayó sobre todos. Leah cruzó los brazos, con el ceño fruncido.
- ¿Y qué quieren de nosotros?
- Que decidamos si vamos a hablar por ellos. Si vamos a presentarnos como testigos - Explicó Jacob - Nadie está obligado. No es una orden. Es una elección.
Sam miró a los suyos, y después a los ancianos consejo, que estaban unos pasos atrás. Billy Black fue quien habló.
- Esto va más allá de lo que conocemos. Pero son ustedes quienes han jurado proteger la vida en este territorio. Ustedes eligen. Como manada y como hermanos.
Kalani bajó la vista. En su vientre, bajo las capas de ropa, dos pequeñas vidas crecían. La sola idea de guerra la hacía querer salir corriendo, enterrarse en una cabaña lejos del mundo. Pero no podía. No ahora. No con Paul a su lado, con toda la manada a su alrededor.
Paul habló al fin, su voz baja pero vibrante:
- Yo lo haré. Si eso significa que mis hijos podrán vivir en un mundo donde no tengan que esconderse... lo haré.
Kalani levantó la vista, sorprendida.
- ¿Estás seguro?
Él la miró. Por un segundo, todo desapareció. Solo estaban ellos dos.
- Solo si tú me lo permites - Dijo, y fue tan sincero, tan crudo, que Kalani sintió que el corazón se le quebraba un poco.
Ella tragó saliva, con los ojos vidriosos, y asintió.
- Hazlo... por los cuatro.
Paul asintió con fuerza, como si acabara de hacer un juramento sagrado. Sam colocó una mano firme sobre su hombro. Leah, Seth y Embry lo siguieron poco a poco. Quil se quedó en silencio, pero dio un paso al frente. Jacob los observaba con una mezcla de orgullo y pesar. La guerra no era una elección. Pero estar unidos sí lo era.
