Extra - Jossy & Connor

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Connor

Me miré una vez más en el espejo retrovisor del auto.

—Con este nivel de guapura, deberían darme un trofeo —murmuré con una media sonrisa, intentando convencerme de que tenía todo bajo control. Pero no era como cualquier otra noche. Esta vez llevaba traje. Corbata. Cabello bien peinado. Perfume justo. Todo en su lugar.

Tenía pensado enviarle un mensaje a Jossy, avisarle que ya estaba afuera, pero… me detuve. Algo me hizo quedarme con el teléfono en la mano, mirando la pantalla como si estuviera en blanco. ¿Por qué me cuesta tanto esto? No es que no quiera ser romántico. Quiero. Me esfuerzo. Pero… aún se me hace difícil. No nací con ese chip, el de los gestos naturales, las palabras justas. No como Nolan, que parece salido de una novela. Yo… yo nací para meter la pata y luego arreglarla con una sonrisa.

Pero con Jossy quiero hacerlo bien. Porque ella lo merece. Porque me hace querer ser ese chico que no fui con nadie más. No solo el chico divertido, no solo el que hace reír… sino también el que la hace sentir especial, segura, feliz. El que planea cosas, el que se aprende sus canciones favoritas, el que ensaya frente al espejo cómo decir “me gustas” sin sonar idiota.

Doy un último suspiro y tomo la cajita del asiento del copiloto: el corsage. Una pulsera con flores naturales que Nolan me ayudó a elegir. “Ve con algo sencillo pero con significado”, me dijo. Así que elegí flores pequeñas, delicadas, en tonos claros como a ella le gustan.

Salgo del auto, cruzo el jardín hasta la puerta y, antes de tocar el timbre, me sacudo las manos como si pudiera hacer que el nerviosismo se fuera con eso.

Vamos, Connor.

Toco el timbre.

Y cuando la puerta se abre… ahí está.

Bueno, no ella, aún no.

Pero la señora que aparece se parece tanto a Jossy que por un segundo me quedo congelado. Sus ojos. Esos ojos. Los mismos ojos color avellana que me hacen perder el hilo de todo cuando Jossy me mira. Esa mezcla entre miel, bosque y fuego. Me doy cuenta de que estoy sonriendo como un tonto.

—Hola… buenas noches —digo, aclarando la garganta—. Soy Connor. Vengo por Jossy.

La señora sonríe, y tiene exactamente la misma sonrisa cálida que su hija. Me hace sentir… bienvenido.

—Qué gusto conocerte, Connor. Pasa, por favor. Jossy bajará en un momento.

Entré a la casa con paso seguro, aunque por dentro sentía como si fuera la primera vez que pisaba un escenario sin saber el guión.

Mientras esperaba, mis ojos se deslizaron por la sala. Había una repisa con varias fotos, y en el centro, una imagen captó toda mi atención.
Era Jossy, siendo apenas una niña. Sonriendo como solo ella sabe hacerlo. Esa sonrisa suya… era la misma de ahora, solo que más pequeña, más inocente. Me hizo sonreír sin querer. Había otras: Jossy con uniforme de porrista, riendo con Olivia, abrazando a su mamá. En todas estaba hermosa.

Me quedé un segundo más observando esas fotos. Porque la verdad, aún me costaba creerlo.

¿En qué momento el destino decidió ponerla en mi camino?

Nunca pensé que algo así me pasaría a mí.
Digo… siempre fui ese tipo de chico. El que coqueteaba por deporte, el que conocía nombres que olvidaba al día siguiente, el que nunca repetía una historia porque no tenía intención de quedarme en ninguna. Me gustaba así. Sin compromisos, sin dramas, sin complicaciones.

Y entonces llegó ella.

No me enamoré de inmediato. Fue peor: me fui metiendo lento, sin darme cuenta.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora