Capítulo 45

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Nolan

Me observé en el espejo por quinta vez.

Llevaba un smoking negro con solapas satinadas, la camisa blanca perfectamente abotonada hasta el cuello, y una corbata color champagne anudada con cuidado.

El saco me ajustaba bien en los hombros, las mangas en su punto, el pantalón caía con precisión. Todo estaba bien. Todo menos el torbellino que llevaba en el pecho.

Me recargué en el lavabo y solté un suspiro, dejando que mi corazón volviera a latir a ritmo humano.

No entendía del todo este nudo que tenía en el estómago. Supongo que era porque nunca había hecho esto antes. Nunca fui a un baile. En Londres, ni siquiera lo consideraba; esos eventos me parecían vacíos, sin sentido.

Pero esta vez era distinto.

Porque esta vez era con ella.

Solo pensar que el primer baile de mi vida sería con Olivia... ya lo hacía especial. Inolvidable. Desde que éramos niños, imaginé este momento. Nos veía a los dos, ya grandes, caminando juntos por los pasillos del instituto, vestidos de gala.

Y ahora que estaba a punto de suceder... solo la idea de verla esta noche -de tomar su mano, de bailar con ella, de verla sonreír entre luces y música- hacía que cada nervio de mi cuerpo se despertara. No quería solo acompañarla. Quería que esta noche fuera inolvidable para ella. Quería hacerla sentir especial.

Me pasé una mano por la nuca, intentando soltar la tensión.

Antes de salir de mi habitación, tomé el pequeño ramo de tulipanes blancos con el centro rosado pálido que había elegido para Olivia. Eran delicados, simples pero hermosos... como ella.
Al lado del ramo, cuidadosamente envuelto en una pequeña cajita, estaba el corsage: una pulsera de listón satinado color marfil, con una flor hecha de pequeñas perlas, hojas verdes suaves y un tulipán miniatura en el centro. Elegante, pero sutil. Algo que imaginé en su muñeca desde el momento en que lo vi.

Bajé por las escaleras, sintiendo cómo se aceleraba mi corazón con cada paso. Al llegar al último escalón, me encontré con mi abuela ya lista, con su celular en alto, apuntándome como si fuera una celebridad.

Rodé los ojos con una sonrisa divertida.

-¿En serio vas a tomarme una foto? -pregunté entre risas.

-¡Por supuesto! -respondió con entusiasmo-. Mira nada más qué guapo estás, mi niño. ¡Pareces salido de una película!

Me dejé tomar un par de fotos, riéndome, hasta que noté cómo su expresión cambiaba.
Su sonrisa seguía, pero sus ojos se habían humedecido, y una lágrima bajó lentamente por su mejilla.

-Ey... no llores, por favor -murmuré, acercándome con cuidado-. ¿Estás bien?

Ella dejó el teléfono a un lado y me rodeó con los brazos, abrazándome con fuerza.

-Es solo que... -su voz tembló un poco-. No puedo evitar pensar en tu mamá. En cómo estaría tan, tan orgullosa de verte esta noche.

Tragué saliva, sintiendo cómo algo se rompía dentro de mí.

-Tu mamá -siguió, mirándome con ternura-, desde que tú eras un niño, me decía que su mayor sueño era criarte para que fueras un buen hombre. Un caballero. Que fueras amable, que supieras cuidar a quien amaras... y lo hiciste. Lo eres, Nolan.

Bajé la mirada por un segundo, sintiendo un nudo en el pecho. Mi mamá me había enseñado todo lo que ahora llevaba dentro: a ser respetuoso, a no hablar con la boca llena, a abrir la puerta para los demás, a no alzar la voz, a tener corazón incluso cuando duela.
Ella me lo enseñó todo. Y aunque a veces siento que el mundo ha querido endurecerme... no dejo que lo logre. Porque ella nunca lo habría permitido.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora