Entre la espesura del bosque, dos jóvenes cultivadores avanzaban a toda velocidad, esquivando raíces retorcidas y ramas bajas que intentaban frenar su huida. Detrás de ellos, siete perseguidores les pisaban los talones, cerrando cada posible escape. No era una contienda equitativa, y la tensión se reflejaba en cada movimiento. El resonar de las espadas desgarraba la quietud del entorno, el eco metálico se mezclaba con el murmullo del viento, ahuyentando a las criaturas que habitaban entre las sombras del follaje.El grupo se divide en tres
que se fueron contra el más débil a pesar de ser el segundo dentro de su secta.
Y los otros cuatro con el más fuerte.Una herida en la pierna ocasionada por una espada se convierte en la oportunidad perfecta para los tres cultivadores, que no tardan en asestarle a su víctima un nuevo ataque en el hombro y el brazo dejándolo fuera de combate e incapaz de sostener su espada, el joven cultivador se ve forzado a abandonar la lucha y ver con impotencia como atacan a su compañero.
Ahora, la desigualdad era brutal: siete contra uno. El último en pie es sometido sin piedad. Una patada certera le quiebra la pierna, obligándolo a caer de rodillas ante sus adversarios. La humillación se vuelve aún más cruel cuando las burlas resuenan a su alrededor, regodeándose en la caída de alguien que, hasta hace poco, se alzaba con nobleza y poder.
—El gran señorito, Lan WangJi. Eres fuerte, el número uno de nuestra generación —se burla uno de los jóvenes.
—Levántate y enfréntanos. Esto aún no ha terminado —escupe otro, la satisfacción vibra en cada carcajada.
Lan Zhan intenta ponerse de pie, pero el dolor le retiene, cruel, implacable y le impide levantarse. El jade aprieta los labios, sofocando el temblor que amenaza con traicionarlo. No puede permitirse tal debilidad ante sus enemigos.
Sin advertencia, una patada brutal le hunde el estómago, arrancándole el aire en un golpe despiadado.
—¡Déjenlo, no lo lastimen! —Lan Yong grita, su voz se crispa por la impotencia al ver a su primo desplomarse en la tierra.
Una sombra se acerca, indiferente a la súplica. —Niño, el problema no es contigo, es con él —murmura el cabecilla antes de lanzar un puñetazo implacable. La fuerza lo derriba; no tiene oportunidad de esquivarlo.
—Si no quieres que sea peor, guarda silencio —gruñe, agarrándole el cabello para estrellar su rostro contra el suelo.
Lan Zhan era brutalmente golpeado a patadas y el jade lo único que podía hacer, era soportar el ataque en silencio. Se mantiene en posición fetal usando sus brazos como defensa para cubrirse la cabeza.
¡Basta!— se escucha una potente voz que resuena entre los árboles, firme—
les dije que era solo molestarlo un poco, pero miren hasta donde han llegado con vuestro descontrol —su tono es despreocupado, casi divertido, como si el dolor infligido a la víctima fuese nada más que un juego.Las carcajadas de los secuaces de Su Minshan resonaban con burla descarada, disfrutando el espectáculo como si fuera un juego cruel.
—Quería divertirme con el señorito Lan WangJi —su voz era indolente— ¿Qué pretendían al llevarse toda la diversión y no dejarme nada?.
El cultivador, en el suelo, lo miró con el ceño fruncido, manteniendo aún su dignidad intacta a pesar del dolor que lo atravesaba y de verse en un estado poco presentable.
Su Minshan avanzó con paso relajado, deleitándose con la escena.
—Estás lejos de casa, joven maestro Lan. Mamá y papá no están aquí para protegerte. Siempre tan arrogante, tan impecable… —sus ojos destilaban falsa condescendencia—. Pero mírenlo ahora, revolcado en la tierra como cualquier bestia repugnante.

ESTÁS LEYENDO
Alma y corazón.
FanfictionQiRen y Lan XiChen después de entrar en la mente de Lan WangJi y verlo morir, viajan al pasado para reparar el daño que causaron al menor, salvando de paso la vida de 4 personas más.