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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
La casa de Emily Young estaba llena. No de ruido ni de gritos, sino de algo más profundo: calor humano. La madera crujía bajo las pisadas de los lobos gigantes convertidos en chicos, y en el aire flotaba ese ambiente familiar que solo se creaba cuando todos estaban juntos, cuando no había peligro afuera, solo frío... y algo por celebrar, aunque todavía nadie sabía qué.
La nieve caía suavemente afuera, cubriendo el jardín donde alguna vez se había planeado hacer una parrillada. Pero era invierno. El aire era demasiado cortante y los dedos se entumecían con solo abrir la puerta. Así que Emily y Kalani decidieron moverlo todo adentro: manteles tejidos, cazuelas humeantes, chocolate caliente, panes dulces, estofado y carne asada en el horno. Todo olía a hogar.
Kalani se sentía arropada. Por el suéter grueso de Paul, por las miradas constantes de sus amigos, y por la manera en que él no se separaba de su lado. Paul no dejaba de tocarla, de abrigarla, de observarla como si no pudiera respirar si no sabía cómo estaba a cada segundo.
- ¿Tienes frío? - Le susurró al oído, acomodándole la bufanda con dedos torpes pero suaves.
- No - Respondió ella con una sonrisa - Tú me estás dando calor de sobra.
- Igual no me voy a alejar - Dijo él, besándole la mejilla.
Y no lo hizo.
Todos estaban ahí: Sam y Emily, los primeros en llegar. Jacob, Jared, Embry, Quil, Seth, incluso Leah, sentada junto a la ventana, bebiendo su chocolate sin dejar de observar a su hermano menor con ojos curiosos. Kalani había sentido las miradas desde que entró. Nadie decía nada, pero todos estaban más atentos a ella. Como si supieran que algo estaba a punto de pasar. Como si olfatearan un cambio.
Kalani tomó aire. Su mano encontró la de Paul, que de inmediato entrelazó sus dedos con los suyos. Emily le dio una mirada desde la cocina: era el momento.
Se puso de pie, sintiendo el silencio que se formaba sin que nadie lo pidiera. Como si su simple movimiento contuviera el aire.
- Bueno... - Dijo, intentando reír para quitarse los nervios - Les prometí que los invitaba para comer. Pero no solo era por la comida. Yo... quería decirles algo. A todos.
Paul frunció el ceño, confundido, pero no soltó su mano - Estoy bien, primero que nada - Dijo Kalani - Solo... últimamente he estado rara. Ya saben, enferma, sensible.
- Pero no es porque esté mal - Dijo, y entonces los miró a todos, uno por uno - Es porque estoy embarazada.
Silencio.
Por una fracción de segundo, nadie respiró. Y luego...
- ¡¿Qué?! - Explotó Jared, casi levantándose.
- ¿En serio? - Jadeó Seth, con las manos temblorosas - ¿En serio, Kal?
