Eres para mí ♡ [Completa]

Capítulo 41

Al recibir el mensaje de Ryan, mi mirada se desvió automáticamente hacia Nolan.

Él ya me estaba mirando.

—Tengo que irme un momento —dije en voz baja, bajando el celular.

Nolan frunció levemente el ceño y levantó una ceja.

—¿A dónde?

Pude haber evitado la conversación. Pude haber inventado cualquier excusa, pero… no iba a hacer nada malo. No tenía sentido mentirle, no cuando lo nuestro apenas comenzaba y quería hacerlo bien. Además, si alguien me veía hablando con Ryan y se lo contaban a Nolan antes que yo… sería peor.

—Voy a hablar con Ryan —dije, firme pero tranquila.

Nolan me miró en silencio. Ni una sola reacción clara en su rostro.

—¿Y por qué vas a hablar con él? —preguntó, sin rastro de enojo, solo curiosidad… y un poco de tensión.

—Necesito entender algunas cosas —respondí, jugando con la manga de mi suéter—. Además, quiero dejar todo claro con él. Solo eso. Vamos a hablar.

Él suspiró, como si estuviera decidiendo entre hablar o guardarse algo. Pero antes de que dijera lo que fuera, me adelanté.

—Confía en mí, ¿sí?

Nolan me sostuvo la mirada. Sus ojos grises estaban cargados de emociones que no decía, pero que yo sentía.

—Confío plenamente en ti, Liv… —dijo al fin—. En quien no confío es en él.

Sentí un nudo en la garganta.

—Sé que me ha estado mintiendo y por eso necesito hablar con él. Necesito cerrar esa historia de una vez.

Nolan no dijo nada más. Solo asintió con un leve movimiento de cabeza.

Antes de levantarme, me incliné hacia él, tomé su rostro entre mis manos y le di un beso. Sus labios respondieron con la misma calma, como si me dijera está bien, ve.

Me llegó otro mensaje.

Ryan: Te espero en las gradas.

Me dirigí hacia allá, y al llegar ví a Ryan sentado en las gradas, cabizbajo, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas.

Me acerqué despacio y me senté a su lado. Él levantó la mirada. Sus ojos estaban apagados, y en su rostro solo encontré tristeza.

—Hola… —murmuré—. ¿Ahora sí podemos hablar?

Él asintió en silencio.

—Tengo algunas cosas que necesito preguntarte… —empecé, sin rodeos. Pero no me dejó terminar.

—Perdóname —susurró, casi como si le doliera decirlo.

Parpadeé, confundida por su repentina culpa.

—¿Por qué tengo que perdonarte? —pregunté, mirándolo de frente.

Ryan tragó saliva y bajó la mirada otra vez.

—Por todo… por mentirte, por engañarte, por no haber sido el tipo de novio que merecías cuando estabas conmigo.

Guardé silencio. Dentro de mí, las emociones chocaban unas con otras sin dejarme pensar con claridad. Quise decir algo, pero él se adelantó.

—Sé que no lo recuerdas —continuó—. Y una parte de mí deseaba que siguiera así… que todo quedara enterrado en el olvido. Pero no podía hacerte eso, Liv. No mereces vivir una mentira.