Entre La Corona Y El Mar

Más que hijos de villanos

La familia de Addison se dirigió a una de las mesas donde los chicos se encontraban. Todos estaban deprimidos, y Addison se sentía mal por ellos. No le importaba que Chad se metiera con ella, pero que se metieran con sus amigos era otro asunto.

—Oigan, no le hagan caso, es solo un príncipe ignorante —dijo Addison.

—Addy tiene razón, ustedes me cayeron mejor que él —dijo Melody.

Los chicos sonrieron un poco ante esas palabras, pero no podían dejar de sentirse mal, y Addison no sabía qué hacer para levantarles el ánimo.

—Tal vez tiene razón, después de todo somos hijos de villanos —dijo Mal.

Y antes de que Addison pudiera decir algo, Ariel decidió intervenir.

—Escúchenme bien, chicos. Ustedes no se merecen nada de eso. Puede que sean hijos de villanos, pero eso es todo lo que son: hijos. No tienen por qué pagar los platos rotos de sus padres. Además, Addison nos contó cosas maravillosas de ustedes. La ayudaron bastante, y eso no lo hace cualquiera. El hecho de estar ahí para ella los hace mejores personas que los que se suponen que son los héroes. Ustedes son mucho más que hijos de un villano. Evie puede ser una gran diseñadora, Jay puede ser un gran jugador, Carlos puede ser un gran cuidador canino y Mal puede ser una gran reina. Todos tienen un corazón puro, solo que crecieron en un lugar como la isla. Pero ahora, ahora están aquí, en Auradon. Esta es su oportunidad de demostrar que son mejores que todos ellos. Y si alguien se atreve a hacerles algo, pueden acudir con nosotros. Nuestro reino tiene lugar para chicos tan maravillosos como ustedes, así que por favor, no le hagan caso a los demás. Ustedes sigan siendo grandes personas, que créanme, les está yendo muy bien.

Los Vks quedaron tan conmovidos por esas palabras que fueron a abrazarla de inmediato. Incluso Evie terminó llorando un poco.

—Gracias, señora Maris —dijo Carlos.

—Oh, nada de "señora Maris", díganme tía Ariel.

Y los chicos rieron.

—Eso significa que pueden decirme Tío Eric.

—Y yo seré su prima Mel.

Los chicos se sintieron muy queridos. La familia de Addison los había aceptado tan fácilmente. Mientras todos estaban felices, Ben seguía algo perdido, aún deprimido por las palabras de su padre. Eric se dio cuenta.

—Ben...

—Estoy bien.

—Escúchame, eres un gran príncipe y serás un gran rey. El hecho de que le hayas dado a estos chicos una segunda oportunidad dice mucho de ti. El que diga lo contrario es porque todavía no está listo para el futuro. Sé que gobernarás muy bien y con una gran reina —miró a Mal—. Hacen una gran pareja, aunque siempre creí que tal vez  terminarías con mi hija, pero mejor que no haya pasado. Está algo loca.

—Te escuché.

—Ups.

—Tranquilo, tío, Addison prefiere robarme las novias.

—¡Ya dejen de criticarme, quieren! —dijo Addison.

—Addy, no es crítica, es verdad —dijo Ben.

—Escucha, Ben, te quiero, pero si no paras, te golpearé.

Y Ben levantó las manos en señal de rendición.

—Sabes, Addy, tus padres son muy buenas personas —dijo Evie.

—Sí, tengo suerte de tenerlos.

—Me da pena Ben, malgastó su primer beso con esa bruja de Audrey.