Cien Noches | YosoyPlex y Adridobylus

40. San Francisco

Capítulo 40
San Francisco

—No vayáis a clase chavales, ver la vuelta al mundo.—Kruffy y yo nos miramos.

—Borja, como tengan que aprender de nosotros están jodidos.—le responde el chico a mi lado.

—Hombre, si aprenden de mi salen perfectos.—argumenta Jopa, que lleva todo el día buscando los datos en ChatGPT.

No sé cómo decírselo sin herir su ego. Pero vamos, que mejor que no le hagan caso a ninguno. Si eso a Plex, que es el que parece un poco más cuerdo.

Aunque tengo entendido que tampoco era el mejor en el colegio. No soy quien para decir nada, porque yo tampoco.

Igual somos el peor ejemplo para las generaciones venideras. Dios mío, ¿quién nos ha dado la responsabilidad de ser famosos a nosotros?

Tampoco me hagáis mucho caso, tengo delirios de cansancio. A ver si se acaba ya esto de vacaciones con las novias, porque, aunque algunos estén disfrutando un montón, Alicia se está metiendo unas palizas a editar que van a acabar con ella.

Y sí, he hablado de mi misma en tercera persona.

Ayer, tras editar toda la noche y tener que pasar el momento incómodo de despertar a Adri para que le diera el visto bueno al video antes de subirlo, nos montamos en el avión. Quince horas, ni más ni menos.

Encima, me ha tocado asiento el medio entre Kruffy, que por lo menos ocupa poco espacio y se ha apoyado contra la ventana, y Plex. El YouTuber, con toda su estatura, apenas entra en un asiento normal y siempre tiene que ir en el pasillo para poder sacar las piernas. El caso es que ahora que está fuerte por todo el entrenamiento que hace, tiene los hombros el triple de grandes.

Vaya, que no cabe en su asiento y estaba invadiendo el mío. Por no hablar de que le he servido e reposa cabezas la mitad del trayecto y la otra se la ha pasado obrándome la mañana que le he pedido a las azafatas para no tener frío.

Ahora, estamos en uno de los puertos más turísticos del mundo. Un poco cada uno a su aire, vamos paseando entre las tablas de madera y los otros turistas, para hacerle fotos a las focas. El lugar tiene una concentración de animales marinos apasionante.

—Que no son focas, Borjita—le regaña Lili a su novio. Hay momentos en los que nos quedamos los tres solos y me siento una sujeta velas. O su hija pequeña, cualquiera de las dos me vale.

—¿Y qué son, sabelotodo?—míralos, como Hermione y Ron.

—Leones marinos, que lo ha explicado Jopa hace un segundo.—le recuerda la morena.

Son tan monos juntos que dan asco. Literalmente, tengo arcadas cada vez que se hacen cariños.

Lo bueno es que, al contrario que Adri y Anna, se vacilan constantemente. Se nota que son pareja y que llevan mucho tiempo el uno con el otro. En fin, aspiraciones de vida. Algún día llegará mi príncipe azul.

—Chavales, no os perdáis que luego no os encontramos.—mira, hablando el rey de Roma.

—No Plex, llévate mejor a Alicia y nos dejáis tener un momento a solas.—veo perfectamente a Borja guillándome un ojo.

Menos mal que ha sido disimulado. Menos mal. Le llego a decir que haga obvio lo de Plex y yo y hace una fiesta.

—Vaya dos npc.—responde el YouTuber, antes de pasarme un brazo por encima de los hombros y guiarme lejos de la pareja.

El resto del grupo se ha dispersado. Estamos haciendo tiempo antes de montarnos en el Ferry a Alcatraz. Si, la prisión de alta seguridad.

La broma de rescatarnos de la cárcel los unos a los otros va a ser que no era tan broma.