capitulo 6

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Haeun se dejó caer en su cama apenas llegó a casa, todavía con el celular en la mano y las palabras de Gotak repitiéndose en su cabeza. Apenas lo desbloqueó, los mensajes comenzaron a caer.

[Seong Je]
¿Ya llegaste?

[Haeun]
Sí. Todo bien.

[Seong Je]
Menos mal. Si vivieras más lejos, ya estaría en camino a buscarte.

Ella sonrió. Aunque iban a escuelas diferentes, solo vivían a unos minutos de llegar. Y Seong Je no dudaba en caminar hasta su casa si sentía que algo andaba mal.

[Seong Je]
¿Alguien te jodió hoy?

[Haeun]
Nada que no pueda manejar.

[Seong Je]
Eso suena a que alguien sí lo hizo. Y eso significa que tengo que aparecer por ahí muy pronto.

[Haeun]
No exageres, estás en otra escuela.

[Seong Je]
Pero no en otro planeta. Puedo estar en tu puerta en diez minutos si quiero.

Haeun suspiró, pero la sonrisa se le escapó sola.

[Seong Je]
No me gusta imaginar a nadie mirándote como no debe.
No me gusta que no estés conmigo en los recreos.
No me gusta que haya idiotas cerca de ti que yo no puedo vigilar.

[Seong Je]
Y sí, soy posesivo.

[Seong Je]
Mándame una foto. Así me calmo.

Haeun le envió una selfie con expresión neutra, sin filtros, sin sonrisas. Solo ella, desde su cama.

[Seong Je]
Dios...
Qué ganas de estar ahí.

Ella soltó un bufido y respondió con un emoji molesto.

[Seong Je]
No te enojes. Mejor dime si mañana estás libre.
Paso por ti después de clases. Ya sabes que no estoy lejos.

[Haeun]
Voy a pensarlo.

El sonido seco de un golpe en la puerta interrumpió el momento.

—Haeun, baja a cenar —ordenó la voz de su madre desde el otro lado, sin siquiera intentar disimular el fastidio.

—Ya voy —respondió con desgano, apagando la pantalla del celular.

No se movió de inmediato. Miró al techo, respiró hondo y se obligó a incorporarse. No quería pelear. No hoy.

Bajó las escaleras en silencio y se sentó en la mesa, donde ya estaba servido. Su madre comía sin mirarla, pasando las hojas de una revista como si ella no estuviera allí.

—¿Cómo te fue? —preguntó al fin, sin levantar la vista.

—Bien.

—¿Eso significa “no me hables”?

—No, solo… fue un día normal.

La mujer alzó una ceja, pero no dijo nada más. Masticó con lentitud, como si cada movimiento de su mandíbula estuviera cargado de una crítica silenciosa. Haeun bajó la mirada al plato. Comía por compromiso, sin hambre real.

—No quiero que estés todo el día pegada al teléfono con ese chico —soltó su madre, de pronto—. Ya sabes lo que pienso de él.

Haeun apretó el tenedor. Su voz salió seca.

—No te he preguntado qué piensas.

—Y tú no sabes elegir bien. No me gusta cómo te habla. No me gusta cómo te mira. Ese niño tiene problemas.

𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝘂𝗻𝘁𝗶𝗹 𝗶𝘁 𝗵𝘂𝗿𝘁𝘀,     seongje x ocfemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora