Mía:
No sé por qué me pintó esta sensación tan rara. Como un tirón en el pecho. Una de esas corazonadas que te sacuden y no sabés bien de dónde vienen, pero tampoco podés ignorarlas.
Hace días que Abril no me responde. Y Julia tampoco. Estuve tratando de no pensar mal, de convencerme de que están bien, que simplemente están metidas en el laburo o colgadas como siempre. Pero hoy...hoy algo se siente distinto.
Les mandé mensajes, un par, sin insistir demasiado. No quería parecer intensa. Pero esta noche no me pude quedar quieta. Así que agarré las llaves y salí. Soy de esas personas que creen que una vez que ya estás en la cama no podés salir, porque te puede pasar algo malo. Sigo esa regla religiosamente hace años. Pero no aguantaba más la incertidumbre de no saber dónde están, de la nada está todo muy raro, ellas están raras. Necesito asegurarme de que todo está bien.
"Estoy yendo a su casa para ver si está bien, ¿te pinta sumarte?" Le escribí a Abril antes de cruzar la esquina. Ni siquiera esperé la respuesta.
El barrio está callado. Muy callado. Hay una brisa helada que me golpea y maldigo no haberme traído ni un sólo abrigo. Camino rápido, con las manos en los bolsillos y los hombros encogidos. Me doy cuenta de que ni siquiera me puse música, como siempre lo hago. Es que algo me dice que necesito escuchar todo, que tengo que estar atenta.
Cuando doblo hacia la casa de Julia, me freno.
Las luces están apagadas, no se ve un alma. Y sin embargo...hay una sombra ahí. Justo frente al portón. Una figura reconocible. Me cuesta ver bien desde acá, pero juraría que es Abril.
-¿Abril? -digo, bajito, sintiendo el corazón en la garganta.
No responde. Pero se da vuelta y me mira. O creo que lo hace. Y en ese gesto, algo me dice que no es ella. Que no puede ser.
Pero igual avanzo.
La figura se mete por el edificio en penumbras y comienza a subir las escaleras. Yo, como una boluda, la sigo. No sé por qué. Quizás porque todavía quiero creer que es Abril. O porque prefiero enfrentar lo que sea antes que quedarme con esta sensación clavada en el cuerpo.
La puerta del departamento está entreabierta. La empujo despacio. Cruje como en una película de terror. No me cago encima de milagro, pienso por un instante que todo se trata de una broma. Abril y Julia cuando se juntan suelen tener ideas muy locas, seguro vieron mi mensaje y me estaban esperando. Las iba a matar cuando terminen con su juego.
-¿Hola? -susurro. Me siento ridícula.
El pasillo está más oscuro de lo que debería. Camino despacio, tratando de no hacer ruido, aunque cada paso parece resonar con eco.
Y de golpe, la veo.
Abril. Sentada contra la pared, las rodillas pegadas al pecho, llorando. Tiene las manos manchadas de algo oscuro. Sangre, parece.
-¿Abril? -me agacho corriendo, el corazón a mil.
Ella levanta la cara. Me mira. Los ojos son los de ella, pero vacíos. Sin alma.
-No pude...-murmura- no la pude salvar.
-¿Salvar a quién? ¿Qué decís?
-A Julia...-susurra.
Giro la cabeza y ahí está Julia. O algo que parece Julia. Tirada en el suelo, inmóvil. Pálida y con los ojos abiertos. Fijos en el techo.
Siento un escalofrío que me parte la espalda. Me levanto de golpe, tambaleando. Todo en mí grita que algo está mal, mal en serio.

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ESTADO SALVAJE - GUIDO SARDELLI | AIRBAG
VampireElla siempre había deseado que finalmente aquellos ojos que tanto admiraba un día se fijaran en su dirección. Observaba embelesada como sus manos recorrían aquella guitarra, con su cabello rubio descansando sobre sus hombros y su semblante enigmátic...