𝗘𝗣. 41

1.5K 235 14
                                        

—  🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—  🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

Viernes por fin. Después de una semana larga, calurosa y llena de clases aburridas, Kalani salió de su escuela con los audífonos puestos y el uniforme medio desacomodado. Se ajustó la falda con desgano, deseando estar en cualquier lugar menos ahí, y apenas giró la cabeza hacia la calle... lo vio.

Paul, de pie junto a su moto, apoyado contra el manubrio con los brazos cruzados, camiseta negra y lentes oscuros, como si acabara de salir de una maldita película de acción. Algunas chicas lo miraban con descaro, y Kalani solo sonrió, resignada. Era suyo, pero siempre iba a ser escandalosamente guapo.

- ¿Lista, lobita? - Dijo él apenas la vio, quitándose los lentes con una sonrisa torcida que ya se sentía familiar.

- No me llames así frente a la gente - Gruñó ella, aunque en realidad le encantaba.

- Pero si te ves como una princesa saliendo del castillo de los nerds - Bromeó él, extendiéndole el casco.

Kalani se subió a la moto detrás de él, pasando los brazos por su cintura y pegándose a su espalda con una sonrisa perezosa.

- A dónde vamos, ¿lobo? - Murmuró, sintiendo cómo el motor vibraba bajo sus piernas.

- Sorpresa. Pero implica café y aire acondicionado - Dijo él mientras arrancaban.

El lugar era pequeño, escondido entre dos librerías viejas. Una joyita hipster con luz cálida, sillones de terciopelo y olor a café molido. Paul eligió una mesa en la esquina, lejos de todos, como si su instinto ya supiera que necesitaba tenerla cerca, protegida, fuera del alcance del mundo.

Kalani se quitó el suéter del uniforme, lo dejó caer sobre el respaldo de la silla y se estiró con un suspiro.

- Estoy muerta - Dijo, dejándose caer frente a él.

- Te ves viva - Respondió Paul, mirándola y sonriendo como si acabara de verla por primera vez.

Pidieron un café helado para Kalani y uno caliente para él. Ella lo miró raro.

- ¿Desde cuándo tomas café caliente con este calor?

- Extraño mi pueblo frío.

Kalani rió, divertida.

- Ay, qué dramático.

- Estoy serio

Kalani sonrió, pero no dijo nada. Solo se abrazó más a su brazo. Algo estaba cambiando, y aunque no podía explicarlo, sabía que esa tarde en el café no era como todas las demás.

Esa tarde Paul no dejaba de verla, ella tenía las mejillas sonrojadas, pero no por el calor. Estaba más callada que de costumbre.

- ¿Todo bien, Kal? - Preguntó, con ese tono suave que le salía solo cuando se trataba de ella.

𝗣𝗥𝝝𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝝝𝗡  |  ᴾᴬᵁᴸ  ᴸᴬᴴᴼᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora