Eres para mí ♡ [Completa]

Capítulo 37

Ya estaba dándome los últimos toquecitos de maquillaje frente al espejo. No era gran cosa, un poco de rubor, rímel y brillo labial. Algo sencillo pero bonito. No quería verme como si estuviera yendo a una boda ni como si acabara de salir de la cama. Solo... linda. Natural.

Me sonreí en el espejo, tomando un mechón de mi cabello para acomodarlo. Había dejado mi melena suelta, pero me había hecho unas ondas suaves que caían sobre mis hombros de forma desordenadamente perfecta.

Justo cuando me daba una última ojeada de aprobación, el timbre de la casa sonó.

Volteé a ver el celular. 4:00 p.m. en punto.
Sonreí. Qué puntual. Me encanta.

Agarré mi bolso, guardé el celular y bajé las escaleras casi volando. Tenía que llegar antes de que papá o, peor aún, mi hermano, comenzara a molestar a Nolan.

Pero claro, no fui lo suficientemente rápida.

Al llegar a la puerta, ahí estaba Logan, plantado como un portero de discoteca frente a Nolan.

Me acerqué a grandes zancadas, lo tomé de la cabeza como si fuera un balón de fútbol americano y lo aparté hacia un lado.

-¡Hey! -protestó Logan, pero ya era demasiado tarde.

Mis ojos se encontraron con Nolan.

Dios mío... qué guapo.

Venía vestido con una camiseta blanca simple que, honestamente, le quedaba demasiado bien, unos jeans oscuros y una chaqueta de mezclilla negra abierta. El cabello un poco alborotado como siempre, pero parecía más intencional esta vez. Y su sonrisa... su sonrisa fue lo que terminó de noquearme.

Me obligué a parpadear y a sonreír también.

-Hola -dije, esperando que mi voz sonara normal y no como un pajarito emocionado.

-Hola, Liv -respondió Nolan, con esa voz tranquila que tenía el poder de derretirme entera.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza, deteniéndose apenas un segundo de más en cada detalle.

-Te ves... -Nolan se aclaró la garganta, esbozando una sonrisa ladeada que casi me tumba-. Estás hermosa.

Sentí cómo mis mejillas ardían hasta las orejas. Bajé la mirada un segundo, intentando no sonreír como tonta.

Llevaba un vestido de tela ligera en tono lila, de tirantes finos, que caía hasta justo por encima de mis rodillas. La falda tenía un suave vuelo que se movía con cada paso que daba, y el escote cuadrado era sencillo pero bonito, dejando mis hombros al descubierto. Lo había combinado con unas sandalias de tiras blancas y una chaquetita de mezclilla que, según mamá, era "el toque perfecto para no morir de frío si refrescaba más tarde".

Logan fingió toser exageradamente detrás de nosotros. Lo ignoré olímpicamente.

-¿Lista? -preguntó, extendiéndome una mano.

Asentí, sintiendo una oleada de nervios y emoción mezcladas. Tomé su mano, y Nolan, con una sonrisa tranquila, entrelazó nuestros dedos.

Caminamos juntos hacia su auto. Cada paso hacía que mi corazón latiera un poco más rápido, como si también estuviera emocionado de saber que, esta vez, todo era real.

Cuando llegamos, Nolan soltó mi mano solo para adelantarse unos pasos y abrirme la puerta del copiloto. Subí al auto, agradeciéndole en voz baja, y apenas me acomodé en el asiento, él rodeó el coche para tomar su lugar al volante.
Cuando se sentó, me dedicó una de esas sonrisas que parecían iluminarle los ojos, encendió el motor y puso en marcha el auto.