𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝘂𝗻𝘁𝗶𝗹 𝗶𝘁 𝗵𝘂𝗿𝘁𝘀, seongje x ocfem

capitulo 2

Al entrar al colegio, Haeun fue recibida de inmediato por su mejor amiga, Jiwoo.
La chica, con su cabello corto, suelto y negro, corrió hacia ella con una sonrisa, pero su expresión cambió en cuanto la vio más de cerca.

—¿Qué te pasó en el brazo? —preguntó, tomando a Haeun de la manga y levantándola con cuidado. La piel amoratada era visible aunque Haeun había intentado ocultarla.

—No es nada, Jiwoo —murmuró, bajando rápido la manga.

Pero Jiwoo no se dejó engañar.

—¿Fue él? ¿Fue Seong Je? —su voz subió un tono, cargada de rabia contenida—. Tienes que alejarte de él, Haeun, esto no es normal.

Haeun negó rápidamente, sintiendo un nudo en la garganta.

—No lo entiendes, el me ama, No es como piensas.

—¿Amor? ¿Te duele el amor?, esto es enfermizo —insistió Jiwoo— Si no te alejas, te va a destruir.

—Cierra la puta boca, tu no sabes nada—explotó Haeun, apartándose bruscamente.

Jiwoo la miró con el corazón roto mientras Haeun se alejaba a paso rápido por el pasillo. 
No quería escuchar más. 
No podía.

El resto del día pasó en un gris confuso para Haeun, sus pensamientos atrapados en la pelea con Jiwoo y en el peso invisible de la presencia de Seong Je acechándola en su mente.

Cuando la última campana sonó, indicando la salida, Haeun apresuró sus pasos hacia la reja principal, nerviosa. 
Sabía que Seong Je estaría ya esperándola.

Mientras avanzaba entre la multitud de estudiantes, un chico de otro curso —alto, de cabello castaño claro— se acercó y le sonrió de forma amistosa.

—Hey, ¿quieres que te acompañe hasta la parada? —le preguntó, con inocencia.

Haeun sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

—No, gracias... —balbuceó, mirando hacia la calle.

Y allí estaba. 
Seong Je, apoyado contra su coche, con los brazos cruzados, sus lentes oscuros reflejando el sol, observando la escena.

El chico insistió:

—¿Segura? Se ve que estás preocupada, puedo—

Pero no pudo terminar. 
Porque en cuestión de segundos, Seong Je cruzó la calle como una sombra, su chaqueta escolar ondeando detrás de él.

—¡Oye, tú! —gruñó.

Sin darle tiempo de reaccionar, Seong Je agarró al chico de la camisa y lo lanzó contra el portón de la escuela con fuerza brutal. 
El golpe resonó seco, haciendo que varios estudiantes se detuvieran a mirar.

—¡Seong Je, basta! —gritó Haeun, corriendo hacia ellos.

Ella intentó agarrarlo del brazo, pero Seong Je la apartó bruscamente y volvió a encarar al chico, furioso.

—¿Quién diablos te crees que eres para hablarle? —espetó, levantando el puño.

El chico, asustado, apenas logró balbucear algo antes de que Seong Je lo soltara con desprecio.

Antes de que alguien pudiera intervenir, Seong Je tomó a Haeun de la muñeca de forma áspera, jalándola con fuerza hacia su auto.

La metió en el coche de un empujón, cerró la puerta de golpe y se subió al volante. 
Encendió el motor bruscamente y salió a toda velocidad, sin importarle los bocinazos o los gritos de los demás.