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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
El sol comenzaba a ponerse sobre Los Ángeles, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Kalani había pasado los últimos días sumida en una especie de calma tensa. A pesar de que estaba rodeada de la ciudad y sus vibrantes luces, no podía dejar de pensar en Seth, en lo que había sucedido con Jacob y en la conversación con Sam.
Todo se sentía muy pesado, como si una niebla invisible estuviera cubriendo su mente y su corazón. Incluso Paul lo notaba, aunque intentaba no presionarla demasiado. Sabía que no podía obligarla a olvidar, pero sí quería aliviarla, aunque fuera por un momento.
- Vamos a salir - Dijo Paul un poco temprano, cuando la tarde comenzaba a desvanecerse. Había algo en su tono que hizo que Kalani lo mirara, curiosa pero algo cansada.
- ¿A dónde? - Preguntó ella, sin mucho entusiasmo, pero también sin negarse.
Paul sonrió suavemente, un destello de ternura en su mirada - A algún lugar tranquilo, solo tú y yo. Un rato sin todo este caos, sin las preocupaciones... quiero que tu mente descanse, Kalani.
Ella lo miró por unos segundos, sus ojos reflejando la batalla interna que había estado librando. Finalmente, asintió, aceptando la idea aunque en el fondo no estuviera segura de lo que lograría.
Paul la tomó de la mano, guiándola hacia el coche de Jennifer, que no estaba en la ciudad. Durante el viaje, la radio permaneció apagada, y el silencio entre ellos era cómodo, pero lleno de pensamientos no expresados.
Cuando llegaron a su destino, Kalani frunció el ceño. Era un pequeño parque en las afueras de la ciudad, rodeado de árboles altos y frondosos que creaban una especie de santuario natural. No había muchas personas por allí, solo algunos caminantes dispersos, lo que le daba a ese lugar un aire de calma inesperada.
Poco a poco, se acercaron a un rincón apartado del parque, donde una pequeña colina se elevaba ligeramente, ofreciendo una vista despejada de la tarde. Kalani se sentó en el césped, aún algo pensativa, pero Paul se acomodó junto a ella, sin presionar. Solo quería estar cerca, ser su apoyo.
- Se que no estás en tu mejor momento - Dijo Paul con suavidad, mirando al frente - Y no estoy aquí para hacerte olvidar todo de golpe. Solo... quiero que respires, que tengas un momento de paz, aunque sea pequeño.
Kalani cerró los ojos por un momento, dejando que la brisa fresca acariciara su rostro. Un suspiro escapó de sus labios, el primero en días que no estaba cargado de angustia.
- Gracias amor - Murmuró, mirando al frente mientras sus dedos se entrelazaban con los de él - Es solo... todo esto me está superando.
Paul la miró, comprendiendo el dolor detrás de sus palabras. Era un dolor que él no podía sanar por completo, pero sí podía ofrecerle su apoyo.
