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Katherine Mora amaba escribir sobre el amor y aprovechaba su talento cobrando por cartas y poemas en su escuela. Todo iba bien hasta que Addison le pidió ayuda para conquistar a Owen Cooper, su mejor amigo. Katherine aceptó, incluso ofrec...
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Caminaba hacia la clase de Matemáticas, con la mente dando vueltas. La conversación con las chicas me dejó pensativa. La verdad, a pesar de que me sentía aliviada por haber decidido ser honesta, también estaba aterrada. ¿Qué tal si Owen no reaccionaba como esperaba? ¿Y si todo se volvía raro?
Intenté concentrarme en el pasillo lleno de estudiantes que iban de un lado a otro, pero mi mente seguía dando vueltas. Miré a mi alrededor, esperando ver a Owen aparecer en cualquier momento, pero nada. Solo un par de chicos con sus mochilas y las chicas chismeando en la esquina. Me pregunté si él estaba haciendo lo mismo, si también estaba pensando en todo lo que había pasado.
De repente, una mano se posó sobre mi hombro, y me giré sorprendida.—¿Te perdiste en tus pensamientos o qué? —dijo la voz familiar de Malachi, que venía caminando a mi lado con una sonrisa traviesa.
—¡Malachi! No me asustes —exclamé, dándole un golpe suave en el brazo.
Estaba a punto de decir algo más cuando me di cuenta de que detrás de él venían Mason y Miguel, riendo por algo que no entendía.
—¿Qué pasa? —pregunté, aún algo distraída.
—Nada, solo que me preguntaba si ya le dijiste a Owen de las cartas—respondió Malachi, dándome una mirada curiosa.
Mi corazón dio un brinco, y no pude evitar sonrojarme.—¿Cómo sabes sobre las cartas? —pregunté, sorprendida.
Mason soltó una risa burlona.—¿En serio, Kath? Creí que te habías hecho amiga de todas las chicas chismosas. Malia ya nos contó todo —dijo, guiñándome un ojo.
—¡No! ¡Eso no es lo que piensan! —dije, levantando las manos en señal de defensa. Pero, en el fondo, sabía que no podía ocultarlo más. Todos lo sabían, y estaba bien. Solo faltaba Owen.
—Tranquila, Katherine —dijo Miguel, intentando calmarme—Fue lindo lo que hiciste,pero el enamorarte de Owen no tanto.¿Qué nos dijo mamá sobre bajarle la pareja a alguien cercano? Eso no se hace Katherine Mora.
—¿Qué?—
—Me estás dando muchos problemas.—Me miro Miguel.—Necesito unas vaciones.
Me quedé estupefacta por un momento, sin saber cómo reaccionar. Miguel siempre tenía una manera de decir las cosas que me dejaban sin palabras, y esta no era la excepción.
—¿Problemas? ¿De qué estás hablando? —dije, tratando de recuperar mi compostura, pero la confusión estaba escrita en mi cara.
Miguel suspiró, dándome un golpe en el hombro.—La verdad siempre lo sospeche. No es normal que todo el mundo ande comentando lo de tus cartas, y ahora, ¿Owen? —siguió con una sonrisa que estaba a medio camino entre burlona y de preocupación. —Lo bueno es que al menos lo hiciste con estilo... Aunque la parte de "bajarle la pareja a alguien cercano" no tiene tanta gracia.
Intenté no reírme, pero me fue imposible.—¡Ay, Miguel! ¡No es así! Solo estoy... tratando de ser honesta, ¿no lo ves? —dije, revolviéndome el cabello, sintiendo que las palabras me salían desordenadas.
—Sí, lo veo... pero entre más te acercas a Owen, más nos metes en líos, y esos chicos de la escuela están como tiburones esperando algo para hablar —comentó Mason, que parecía disfrutar del caos que había provocado.
—Eso no es mi culpa, ¿eh? —respondí, ahora un poco más irritada. —No es mi problema que todo el mundo se vaya a enterar de lo que pasa en mi vida. ¡Estoy cansada de que la gente hable de eso como si fuera su asunto!¿Qué pasó el año pasado con Malachi?—Lo mire—¿No dijeron que te habías besado con Grace?—
—Sí...
—La diferencia aquí es,que el si la besó.Y la señora de la cafetería los vio.
—Yo no sabía eso.¿La besaste?—Lo miré sorprendida y el asintió.—¡Por dios!¿Qué te pasa?—
—No fue nada...solo sucedió.
—¿Solo sucedió?—
—No cambies de tema.Yo que tu.—Me miro.—Iba a decirle a Owen lo que paso...—Miró a mis espaldas.—Mira ahí viene.—
Mire para atrás y ahí venía Owen algo serio y con unas hojas en su mano. —Katherine —Me miro en cuanto llego con nosotros—Necesito hablar contigo. Es algo serio.
¿Me dijo Katherine?
El no hacía eso.Siempre me decía Kath.
Okey,esto es algo muy,muy serio.
Mi corazón dio un salto, y mi respiración se detuvo por un segundo. Owen no era de ponerse tan serio, y eso me hizo sentir que algo estaba mal. No sabía si era mi paranoia o si realmente algo había cambiado, pero en ese momento sentí que ya no era el mismo chico divertido con el que había compartido tantas risas y secretos.
—¿De qué se trata? —pregunté, tratando de sonar tranquila, aunque mi voz temblaba un poco.
—No lo dire aquí —respondió,mirando anlos chicos. Sus ojos brillaban con una intensidad que rara vez había visto. Algo en su expresión me decía que este no era el momento de hacer bromas ni de jugar a ser indiferentes. Había algo más grande de lo que imaginaba.—En otro lugar más privado.
—Sí quieren que nos vayamos,solo díganlo.—Hablo Malachi.
—Sí,de mejor lugares nos han corrido.
Owen no respondió a las bromas de Malachi ni a las risas de los chicos. En lugar de eso, su mano se movió hacia la mía, y antes de que pudiera procesarlo, ya me estaba tirando suavemente hacia él.
—Vamos —dijo con voz baja, casi como un susurro, pero con una firmeza que me hizo no cuestionar nada.
Mi respiración se aceleró al instante. La manera en que me tomó de la mano, tan decidida y tan seria, hizo que todo a mi alrededor se desvaneciera un poco.Todo desapareció por un momento mientras caminábamos juntos, sin una sola palabra, solo los pasos de Owen guiándome a través del pasillo.
No había espacio para dudas. Era como si supiera exactamente qué hacía, como si tuviera un plan que solo él entendía. Y yo… solo seguía, incapaz de resistirme.
Pasamos por las puertas traseras de la escuela, alejándonos del bullicio, hasta llegar a un pequeño rincón, un jardín apartado donde pocas veces íbamos. Allí, las paredes de la escuela nos aislaban del mundo exterior, y el silencio se hacía más denso, casi pesado.
Owen se detuvo frente a mí, aún sosteniendo mi mano, pero sin mirarme directamente a los ojos, como si estuviera buscando la forma de comenzar.
Mi corazón latía a mil por hora, mi mente corriendo de un lado a otro, pero no podía hablar. Solo lo miraba, esperando que me dijera lo que necesitaba decir.
—Katherine… —empezó, con la voz más seria que había escuchado de él—
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Pido una enorme disculpa porque ayer no subí capítulos,me fui al concierto de Morat aquí en Aguascalientes y llegue bien tarde y mejor me dormi🤧
