Capítulo 36

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Todo el amor que había reprimido, todo el dolor, todo lo que había recuperado en esas últimas horas, me empujó hacia él como una fuerza inevitable.

Me lancé a su boca como quien se lanza al único lugar donde puede respirar. Él me recibió con la misma urgencia, con esa misma desesperación callada. Sus brazos me rodearon fuertes, seguros.

Nos besamos como si el tiempo nos debiera algo.
Como si quisiéramos recuperar cada segundo perdido. Como si por fin el universo nos estuviera dando permiso para amarnos sin miedo.

Nos separamos apenas por un segundo, con los labios todavía temblando y el aire escaso en mis pulmones. Mi corazón seguía galopando sin control, como si no supiera cómo frenar tanta emoción acumulada. Sentía que podía salirse de mi pecho en cualquier momento.

Aún con las mejillas empapadas, lo miré sintiendo cómo el alma se me desgarraba en pedazos. Mis manos temblaban al rozar su rostro.

-Te recuerdo... -susurré, con la voz trémula, sintiendo cómo el pecho me latía con una fuerza casi dolorosa-. Me acuerdo de ti, Nolan. De nosotros...

Vi cómo sus ojos se abrían ligeramente, cómo una chispa de esperanza iluminaba su mirada, y no pude evitar sollozar, abrumada por la oleada de sentimientos que me recorrían.

-Perdóname... -susurré con la voz rota- Perdóname por cómo te traté cuando estaba en el hospital... por las veces que te alejé cuando solo querías estar cerca. Perdóname por olvidarte...

La garganta me ardía de tanto contener el llanto. El peso de los recuerdos caía sobre mí como una avalancha, aplastándome.

Nolan me tomó el rostro con ambas manos, con tanto cuidado, como si fuera a romperme.

-No me pidas perdón, Olivia... -murmuró con una mezcla de tristeza y amor-. No fue tu culpa... nada de esto fue tu culpa. Fue algo que no decidimos. Solo... pasó.

Negué con la cabeza, ahogada por la culpa que me carcomía.

-No merecías eso, Nolan. No merecías que te tratara así... - dije, apretando los ojos, sintiendo que las lágrimas volvían a caer con más fuerza.

Él suspiró, acercando su frente a la mía.

-No recordabas nada, Liv... -susurró-. No sabías quién era yo... no podías saberlo. Imagino cómo te habrás sentido, perdida, asustada... Fue difícil para todos. Pero ya pasó. Ya no importa. Lo único que importa es que ahora estás aquí. Y me recuerdas.

No me dio tiempo a responder. Sus labios encontraron los míos en un beso tan lleno de añoranza y ternura que sentí que me quebraba. Un beso que me decía sin palabras "te extrañé", "nunca dejé de amarte", "bienvenida de nuevo a mí".

Cuando sus labios se separaron de los míos, me miró con los ojos llenos de emociones contenidas.

-Te amo, Olivia... -susurró con la voz temblorosa, con el alma en cada palabra- Te amé... aún cuando me olvidaste. Y seguiría amándote aunque nunca volvieras a recordarme.

Un sollozo me quebró por dentro.

Escuchar esas palabras de su boca fue como un eco en mi corazón, un eco que había estado esperando durante tanto tiempo.

Sus manos temblaban levemente al sostener mi rostro, como si yo fuera lo más valioso del mundo. Con una delicadeza infinita, limpió las lágrimas que seguían cayendo por mis mejillas con las yemas de sus dedos.

-Mi cabeza duele... -susurré apenas, cerrando los ojos, sintiendo cómo el dolor latía dentro de mí, mezclándose con la felicidad.

Nolan frunció el ceño, preocupado.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora