Capítulo 34

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Ahí estaba Jossy. Sentada frente a mis padres como si estuviera a punto de declararse culpable de algún crimen… o más bien, como un cachorrito adorable suplicando por una galleta.

—Por favor, señor Hall —dijo con su tono más dulce—, prometo que la cuidaré muy bien. Yo la vengo a ver y yo misma la traigo a casa. Ni un rasguño, se lo juro.

Mi mamá la miraba con una sonrisa tan amplia que parecía derretida por su ternura. Papá, en cambio, tenía esa cara de “soy un adulto responsable y esto me huele mal”.
Yo observaba todo desde una esquina del sofá, con los brazos cruzados, esperando que la obra de teatro “Déjenme salir” terminara con un final feliz.

Papá me miró.

—No creo que sea buena idea, Olivia. Sigues tomando medicamentos. No puedes beber.

Resoplé y me acerqué a él, con mi mejor cara de “papá, por favor no arruines mi vida social”.

—Papá… no necesito beber para divertirme un poco. Además, sabes que siempre he bebido con precaución. Eso de despertar con la cabeza dando vueltas es lo más espantoso del planeta.

Papá suspiró, como si cada palabra que yo decía lo envejeciera cinco años más. Luego volvió a mirar a Jossy… después a mamá… y mamá, como buena cómplice, le dio una mirada de esas que dicen “ya dale permiso, no seas así”.

Finalmente, papá me miró de nuevo.

—Está bien… pero no llegarás tarde —dijo, apuntándome con el dedo como si estuviera leyendo una sentencia de ley—. Nada de bebidas, ni una sola copa. Me escribes cuando llegues. No quiero que anden caminando por ahí solas. Si ves que algo se pone raro, me llamas...

—Papá… —lo interrumpí con una sonrisa cansada.

—... me llamas —repitió con tono firme.

—Lo prometo —dije, alzando las manos en señal de paz.

Jossy aplaudió como si acabáramos de ganar una batalla.

—¡Bien! ¡Ahora sí! A comprar los disfraces.

***

Recorrimos al menos cinco tiendas. Cinco. ¿Te imaginas buscar disfraces cuando Halloween ya pasó? Fue como buscar helado en invierno. Nada, o todo maltratado.

—Genial… hasta Halloween me lo perdí —pensé mientras empujaba la puerta de una tienda con un letrero grande y chillón que decía: "Últimos disfraces con descuento, no se aceptan devoluciones."

—Esta es la última, Liv. Si no encontramos aquí, te juro que improvisamos algo con cortinas —dijo Jossy arrastrándome dentro.

La tienda era una mezcla entre caos y fantasía: capas colgando, tutús que brillaban más que el sol, y disfraces de todo tipo, desde princesas hasta... ¿una hamburguesa con patas? En fin.

Mientras caminábamos entre los estantes, Jossy me lanzó una mirada cómplice.

—¿Tienes alguna idea de qué te vas a poner?

Negué con la cabeza.

—No tengo ni la menor idea.

Ella rebuscó entre unos colgadores hasta que sacó un disfraz de Batman versión femenina.

—¡Mira este! Está buenísimo. ¡Sexy pero poderoso!

Le sonreí, pero negué con la cabeza.

—No. Ryan va a ir de Batman… no quiero que crea que vamos en plan pareja.

Jossy frunció los labios.

—¿Ryan va de Batman? ¡Ashh! Bueno, entonces descartado.

Seguimos buscando mientras ella sacaba uno más extravagante que el anterior.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora