Capitulo 34 - Jirones

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Draco amaneció con la luz filtrándose por la ventana, cálida sobre su piel sudada

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Draco amaneció con la luz filtrándose por la ventana, cálida sobre su piel sudada.

El cuerpo aún temblaba con leves espasmos de placer residual, y todo a su alrededor era un caos.

Las sábanas hechas trizas, plumas por el suelo como si un huracán hubiera estallado en la habitación, y la cama, la cama no sobrevivió a la intensidad de su celo.

Estaba más que rota, quebrada en varios puntos, como un pobre testigo de todo lo vivido.

Harry, aún desnudo y cubierto de marcas, estaba inclinado sobre él, concentrado, lamiendo con su saliva curativa el centro de su núcleo.

Draco jadeó, mordiéndose el labio inferior al sentirlo; el calor ahí seguía tan presente como la noche anterior, pero ya no era desesperación era alivio.

-Está rojito...-susurró Harry con voz ronca, acariciando la zona con ternura-Pero vas a estar bien, amor.

Draco entrecerró los ojos, ronroneando suavemente al contacto.

-La cama murió por una buena causa-bromeó con voz débil.

Harry sonrió, sin dejar de curarlo con dedicación.

No había prisa.

Solo el aroma dulce del Omega satisfecho, el leve resplandor de la mañana... y la certeza de que algo dentro de Draco ya había empezado a florecer.

Harry terminó de curar el núcleo con delicadeza, besando después la zona con ternura.

Draco, aún entre espasmos suaves, dejó caer la cabeza hacia atrás sobre una almohada arrugada, dejando que la sensación lo envolviera.

-Nunca pensé que doliera tanto... ni que se sintiera tan bien-susurró, con los ojos brillando de emoción contenida.

Harry se acomodó a su lado, arrastrando suavemente una manta sobre ambos.

Lo envolvió en sus brazos, acunándolo contra su pecho.

-Te lo dije-dijo con una sonrisa, besando su sien-No iba a dejar que nada saliera mal. Eres mío, Draco, Para siempre.

Draco se giró hacia él, apoyando la frente en su clavícula. Su voz salió apenas como un susurro:

-¿Crees que... que ya esté pasando? Lo del...Cachorro?-

Harry colocó una mano sobre su vientre, y ambos se quedaron en silencio.

Bajo su palma, el calor era distinto. Vibrante.

Casi como una chispa mágica latiendo despacio.

Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe.

Ron entró con el rostro completamente rojo, jadeando como si hubiera corrido desde el otro lado del castillo.

-¡Necesito ayuda!-dijo sin siquiera mirar a los lados-¡Escapé de Blaise, creo que me va a volver a...!

Se detuvo en seco al ver a Draco envuelto en sábanas destrozadas y a Harry intentando componer su rostro más digno.

La habitación olía intensamente a feromonas, y la cama... bueno, la cama había tenido mejores días.

-¿Pero qué demonios...?-Ron murmuró, retrocediendo un paso- ¿Qué pasa con todos últimamente? ¿Hay algo raro en el aire o qué?

Harry se pasó una mano por el cabello, aún un poco desordenado, y murmuró con total calma:

-Podrías haber tocado la puerta, Ron-

Draco solo se cubrió más, visiblemente irritado y avergonzado, pero también con una media sonrisa divertida en los labios.

Ron se giró para salir, murmurando:
-Voy a fingir que nunca vi esto, y si me pregunta Zabini, no me viste, ¿vale?-

Draco bufó desde la cama.

-¿Zabini? ¿De verdad te estás escondiendo de Blaise Zabini?-

Ron asomó la cabeza por la puerta, aún rojo como un tomate.

-¡No te burles! ¡Ese loco me está persiguiendo! Apareció en el baño de los prefectos con una sonrisa y una barra de chocolate. ¡Una barra de chocolate, Malfoy! ¿Sabes lo que significa eso?

Harry frunció el ceño, confundido.

-¿Que te quiere endulzar la vida?-

-¡Que quiere volver a... a eso!-exclamó Ron, haciendo un gesto vago con las manos-¡Y yo no puedo, no ahora! Apenas me puedo sentar desde la última vez-

(Yo quisiera vivir ese sueño)

Draco soltó una carcajada ahogada en la almohada, mientras Harry se llevó la mano al rostro, entre la pena ajena y la diversión.

-Ron, vete ya -dijo Harry con firmeza, señalando la puerta-Y por favor, la próxima vez que sientas que estás huyendo de un encuentro pasional, evita entrar en la habitación donde claramente otro está teniendo uno-

Ron se llevó una mano al pecho, indignado.

-¡¿Pasional?! ¡¿Ustedes?! ¡Esto es el fin del mundo! ¡Me voy a mudar a la torre de astronomía con las ratas!-

Y con eso, desapareció por el pasillo, murmurando cosas sobre chocolate y "malditos Slytherins".

Draco miró a Harry, aún algo desordenado, y comentó:

-¿Te das cuenta de que todo esto empezó porque no pusiste el encantamiento silenciador?-

Harry suspiró y se dejó caer de nuevo en la cama.

-La próxima vez me dejaré llevar por tus manías, lo juro-

𝓗𝓪𝓻𝓬𝓸-𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora