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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
Desde que abrió los ojos, Kalani ya tenía una sonrisa idiota en la cara. Paul estaba en su ciudad, en su casa, en su cama. Era difícil pensar en otra cosa, incluso cuando la escuela intentaba obligarla a prestar atención. Las clases se le hacían eternas. Cada mensaje que recibía suyo la hacía sonreír como tonta, y no estaba acostumbrada a eso. La Kalani de antes no era así.
Pero la Kalani de ahora estaba enamorada.
"Prepárate para salir con estilo, lobita."
- ¿Qué estará tramando? - Murmuró mientras guardaba su celular, justo cuando sonaba la campana de salida.
Bajó las escaleras como si nada, pero en cuanto escuchó un rugido de motor acercarse, se detuvo en seco. Ahí estaba él.
Paul Lahote.
Con una chaqueta de cuero negra, gafas oscuras, jeans ajustados y esa maldita actitud de chico malo que parecía multiplicarse cada vez que estaba en una ciudad. El tipo había rentado una moto negra, brillante, ruidosa. Y se había estacionado frente a la entrada principal de su escuela, cruzado de brazos, apoyado contra el manubrio como si no acabara de parar el tráfico.
- No puede ser... - Susurró Kalani, sintiendo cómo las miradas se posaban en ella como cuchillas.
- ¿Es ese tu novio? - Preguntó una chica a su lado.
- ¡¿ES TU NOVIO?! - Repitió otra, medio gritando.
- Son una pareja atractiva.
Kalani solo sonrió como si no fuera gran cosa, aunque por dentro se moría de orgullo. Caminó hacia él con la cabeza en alto, y Paul se quitó los lentes con lentitud, dándole una mirada descarada de arriba abajo.
- Vaya, parece que la falda se encogió desde que te fuiste de Forks - Doltó sin pudor, haciendo que Kalani se riera nerviosa.
- ¡Paul!
- ¿Es una costumbre de Los Ángeles? - Preguntó con una sonrisa torcida, acercándose a tomarla de la cintura y besarle la mejilla.
- Estás haciendo una escena.
- Si, esa era la idea.
Kalani lo empujó levemente, aunque no se resistió cuando él le ofreció el casco - Sube hermosa, vamos a dar una vuelta. No tengo idea de a dónde vamos, pero me gusta perderme contigo.
Ella se mordió el labio para no sonreír como tonta. Se subió detrás de él, rodeándolo con ambos brazos mientras escuchaba a un par de chicos murmurar "maldita suerte". Paul arrancó la moto con un rugido y se fueron.
- ¿No me vas a decir adónde vamos? - Gritó Kalani por encima del viento.