──★ 🪐 ̟!!
Katherine Mora amaba escribir sobre el amor y aprovechaba su talento cobrando por cartas y poemas en su escuela. Todo iba bien hasta que Addison le pidió ayuda para conquistar a Owen Cooper, su mejor amigo. Katherine aceptó, incluso ofrec...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Tenemos que regresar.—Mire a Owen.
—¿Es necesario?—Me preguntó.
—Claro que lo es.Solo qué...no hay que decir nada de lo que pasó,al menos por el momento ya después que ellos se den cuenta.¿Te parece?—
—Está bien.—Sonrio.
Regresamos a la habitación de Mason como si no acabáramos de descubrir un universo nuevo solo con un piquito. Como si mi corazón no estuviera bailando cumbia y el de Owen no estuviera haciendo eco por todo su pecho.
Pero apenas cruzamos, noté que algo estaba fuera de lugar.
Mason, Miguel y Malachi estaban en silencio,lo cual es raro. Para un grupo que no podía pasar cinco minutos sin decir una estupidez, eso era más que sospechoso. Malchi jugaba con una pelota de ping pong, pero no estaba bromeando como siempre. Miguel tenía el ceño fruncido, mirando su celular, y Mason… Mason nos miró como si supiera algo.
Como si nos hubiera visto.
O peor aún: como si hubiera escuchado.
Owen y yo nos soltamos las manos al instante, como reflejo. Me hice la distraída, fui directo a sentarme en la cama y Owen se quedó parado unos segundos antes de ponerse junto a Mason, demasiado casual.
Tan casual que se notaba falso.
—¿Y ustedes qué? —solté, intentando romper el silencio—¿Se pelearon?
Mason levantó la vista. Me miró. Miró a Owen. Y luego se le escapó una sonrisa, de esas que sabes que esconden algo.
—¿Y ustedes? —preguntó, con tono cantadito.—Estaban confesandose,¿O que?—
—No encontrábamos las cosas.—Mentí.—
—Ah claro.—Hablo Malachi irónico.
—Sí...¿Qué les paso?—Volvió a preguntar Owen.
—Ya nos aburrimos.¿Y si no hacemos la maqueta y que nos reprueben?—
—Es nuestro proyecto final,si reprobamos,no nos graduamos.
—No es problema para mi.Asi sirve que nos quedamos otro año juntos.
—Mason...todos iremos a la misma preparatoria.—
—Sí pero no se sentirá la misma vibra.
Nos miramos entre todos pero después nos reímos.
—Ya será tarea del universo.
Nos quedamos callados por unos segundos, como si todavía procesáramos que Mason acababa de ponerse filosófico.
Pero la risa nos salvó, como siempre. Esa risa que aparecía justo cuando las cosas empezaban a sentirse raras, cuando alguien decía una tontería en el momento perfecto.