El sueño seguía revoloteando en mi cabeza, como una película borrosa y confusa.
¿Fue un recuerdo?
¿Una simple ilusión?No lo sabía. Pero lo que sí sabía… era que ese recuerdo me había dejado inquieta.
Y no solo por el beso en sí, sino por cómo me hizo sentir.
El calor en mis mejillas no mentía. Ardían. Literalmente.
Me revolví entre las sábanas y solté un suspiro frustrado. Miré la hora en el reloj de mi mesita de noche, eran apenas las 4:45pm, dormí muy poco.Me levanté de un salto, abrí el cajón, tomé el primer libro que encontré sin siquiera ver cuál era y salí al patio. Necesitaba despejar mi mente. Desconectarme. Dejar de pensar en besos y confusiones.
El aire fresco me ayudó un poco. Me senté en una de las sillas de madera, abrí el libro al azar y traté de leer… pero la verdad, no sabía qué demonios estaba leyendo. Las palabras se deslizaban frente a mis ojos sin dejar rastro.
No sé cuánto tiempo pasó, solo sé que un ruido empezó a molestarme.
Golpes. Repetitivos.
Como si alguien estuviera pegándole a algo.Fruncí el ceño y levanté la vista. El sonido venía del patio de al lado, del patio de Nolan.
Me acerqué, impulsada por una curiosidad que preferí no analizar demasiado.Y ahí estaba él.
Dándole puñetazos a un saco de boxeo como si el mundo se lo debiera todo.
¿Nolan boxea?
Estaba de espaldas. Su camiseta gris se le pegaba al cuerpo por el sudor, marcándole los músculos de la espalda y los brazos…
Y yo… bueno…
Jamás pensé que diría esto, pero maldita sea, se veía demasiado atractivo, así... sudado, concentrado y golpeando con fuerza.
Me quedé mirándolo más de la cuenta, lo admito.
Sin girarse siquiera, dijo:
—¿Espiando otra vez?
Abrí los ojos como platos, me aclaré la garganta e intenté recuperar algo de dignidad.
—No —respondí, cruzándome de brazos—. Solo quería saber quién arruinaba mi momento de paz…
Ya veo que eres tú.Nolan se giró, sin prisa, y me miró directamente.
¿Podría dejar de ser tan malditamente irresistible por un minuto? Solo uno, para que yo pueda concentrarme.
—¿Cómo estás? —preguntó, acercándose un poco a la pequeña pared que nos separaba.
Tragué saliva. El calor volvió a instalarse en mis mejillas.
—E-estoy bien —tartamudeé.
Me di una bofetada mental. Contrólate, Olivia.
—¿Podrías, no sé… hacer lo que sea que estás haciendo en otro momento? —solté, tratando de sonar molesta—. Necesito que mi mente deje de pensar en…
Me frené justo a tiempo. Por poco y lo digo.
—¿Pensar en qué? —preguntó él, alzando una ceja.
—¡En tus ruidos! —me defendí enseguida—. No sabes lo molesto que suenas golpeando eso.
Nolan me miró un segundo más, y sin decir nada, caminó hacia la pequeña puerta que conectaba su patio con el mío.
Oh, no. No.
—¿Qué haces? —pregunté, poniéndome nerviosa.
—¿Qué parece? —respondió con esa media sonrisa suya que tenía el poder ridículo de hacerme olvidar cómo se respiraba. Empujó la puerta y cruzó como si fuera dueño del lugar.

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Eres para mí ♡ [Completa]
Teen FictionOlivia Hall siempre ha soñado con un amor como el de sus padres: intenso, verdadero y capaz de superar cualquier obstáculo. Por eso, cuando Ryan, el chico más popular del instituto, empieza a demostrar interés en ella, Olivia cree que por fin ha enc...