Dante.
Desde hace un par de días, hay algo en Valentina que no termina de encajar.
No podría explicarlo con palabras exactas, ni señalar un momento concreto en el que todo cambió, pero lo siento.
—Solo estás siendo paranoico —Malcom me mira casi con comprensión —en serio amigo, esa chica te adora, me bastó con verlos interactuar un par de veces cuando vino contigo. No hay forma de que algo esté ocurriendo.
—¿Lo crees?
Malcom resopla.
—Escucha, es normal que pueda haber cierta distancia entre ustedes ahora, quiero decir, antes estabas con ella veinticuatro horas al día y ahora...ahora ambos tienen que equilibrar sus ocupaciones.
Me apoyo en el respaldo de mi asiento.
En la última semana, he pasado más tiempo en la oficina que en casa. Todo el trabajo que tenía acumulado, contratos pendientes de aprobación, reuniones con los socios, aprobación de presupuestos y con el fin de año acercándose, muchas empresas buscan nuestros servicios para sus cierres contables anuales.
Lo que me ha tenido lejos de casa por varias horas. Una parte de mí cree que tal vez Val está resintiendo eso.
—¿Y si no es solo eso? —murmuro, más para mí que para Malcom.
—Dante...
—Sienna también decía que estaba bien. Que todo estaba bien. Hasta que un día no lo estuvo más.
—No puedes vivir con ese miedo metido en la cabeza todo el tiempo —Malcom se endereza—. Valentina no es Sienna.
—Es que...—un suspiro corta mis palabras —creo que una parte de mí está aterrada de que la versión de mí, que Val ha conocido...comience a cambiar. Lo entendería, solo...me estoy cagando de miedo de que no sea suficiente.
Malcom sonríe.
—No todas las personas pagan con traición —dice con firmeza —no todas las mujeres actúan como Sienna lo hizo. Al final, ella iba a encontrar el modo de engañarte así estuvieras todo el maldito día a su lado. Porque el problema nunca fuiste tú, ella solo usó una excusa para justificar su engaño.
Sonrío de lado.
—¿Desde cuando das tan buenos consejos? —inquiero y Malcom se ríe. Se inclina hacia atrás apoyándose en el respaldo de su asiento.
—Digamos que aprendí un poco en todo el tiempo que estuviste fuera —bromea —que esperemos no vuelva a pasar, por favor.
Es mi turno de reírme.
—Volviendo al tema de tu chica —una sonrisa suave se filtra en mis labios —tal vez puedes hablar con ella para entender el problema.
Se incorpora y toma el par de carpetas que están entre nosotros.
—Hablando se entiende a la gente, jefe.
Le enseño el dedo corazón y su risa lo acompaña hasta que sale de la oficina. Cuando el silencio envuelve la oficina, decido que no voy a quedarme con la incertidumbre mucho tiempo.
Tomo el celular, y abro el chat de Val.
Yo: ¿Quieres ir a cenar esta noche? Puedo pasar a recogerte después del trabajo.
Observo la pantalla esperando si hay una respuesta, cuando no parece que llegue pronto, bloqueo el celular.
—¿Desde cuándo eres tan paranoico, idiota? —me reprendo a mí mismo mientras lanzo el celular contra el escritorio.

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Un desastre llamado amor.(SL#6)
Teen FictionDante Lombardi lo tenía todo: una prometedora carrera, un futuro estable y la mujer con la que planeaba casarse... hasta que la encontró en la cama con su mejor amigo. Atrapado entre el orgullo y la rabia, tiene la certeza de que el amor no es más q...