†~Nuestro Nuevo Camino~†

†~5~†

Una petición como la de Jinx, fue tan repentina y directa que fue casi increible.

Esto era demasiado. Iba demasiado rápido.

Pero tal vez fuera estúpido de su parte negarse mentalmente que esto no era lo que quería.

Besar a Jinx...

Besar a powder se sintió como su pasaje al cielo esa noche, en ese mundo.

Pero este era su mundo, el mundo que apenas se estaba reconstruyendo ladrillo por ladrillo. Aquí no lo tenía todo, pero si tenía lo que más atesoraba.

Quería volver a sentirse así, quería experimentar como su sangre corría por su venas y su corazón latía a una velocidad destructiva, la quería. Quería estar, no con powder.. con Jinx, su Jinx.

Ahora más que nunca, se sentía tentado, tentado a desgarrar la tela que la envolvía y dejarle en claro a todo Zaun que Jinx era suya.

Está petición, está orden.. fue solo dirigida a El, únicamente a el.

Nadie más, nadie más podía cumplir con los requisitos para recibir esa orden.

- Dilo de nuevo.. Di eso de nuevo. -
Se enderezó, presionando sus dedos contra la piel expuesta de sus pálidas caderas.

- Embarazame, Ekko. -

Sus ojos, tan hipnotizantes y hermosos como aterradores, brillaban como un fuego abrasador que consumía todo lo que tocaba, era como ver el punto central de una explosión, un caos y deseo hermosos e incontrolables.

Su autocontrol se fue a la mierda en cuanto vio a Jinx deshacerse de su top, sus pechos ahora cubiertos únicamente con un vendaje blanco eran un regalo divino para sus ojos.

La retuvo con ambos brazos, sus manos recorrieron su espalda hasta la vuelta de su vendaje, volvió a besarla, beso que jinx no tardo en corresponderle. La atrajo más hacia el, más a su cuerpo.

Está vez, no lo dejaría ir tan fácilmente.

Está vez no iba a ser tan.. Gentil

La dejo ir una vez, se rindió con ella más de una vez. Pero cuando la recupero, fue ella.. quien lo dejo.

Iba a pagar, iba a pagar por el dolor que le hizo cargar durante años y por los nuevos 4 jodidos meses en los que agonizó con esas malditas pesadillas.

Se levantó de golpe sosteniendo el cuerpo de Jinx desde abajo, ella no pudo evitar soltar un jadeo de sorpresa por el inesperado movimiento, la silla en la que reposaba rechino por el suelo de madera aunque esto claramente no le importaba.

La hizo sentarse sobre la superficie de su escritorio tirando todo lo que estorbara al suelo incluyendo la carpeta de dibujos de Ekko, el papel se esparció por el suelo sin ningún patrón específico, todo era simplemente caótico.

El beso subió de nivel, Ekko invadido por el enojo hacia su hermosa y sexy figura que lo encantaba tanto como lo torturaba, mordió su delgado y pintado labio inferior y tiró de el hasta quedar satisfecho, o no. Jinx soltó un gruñido por la sensación, no podia evitar emitir esos sonidos aunque no es que realmente quisiera.

Retomaron el beso, furioso, apasionado y salvaje, era una pelea por ver quien complacía mejor al otro. Pero solo podía haber un ganador.

No había límites, no había reglas, solo amor. Un amor candente y abrasador.

Cuando la falta de oxígeno se hizo más fuerte se vieron obligados a separarse, jadeaban y tomaban grandes bocados de aire. Sus bocas a centímetros de distancia. Ambos podían sentir la cálida respiración del otro, sus frentes ahora brillantes de sudor.