Una semana después...
Ha pasado una semana y sigo sin recordar muchas cosas... bueno, prácticamente nada. Pero he estado yendo a las terapias que me recomendó el doctor. No voy a mentir: son agotadoras. A veces salgo con dolor de cabeza, frustrada, sintiendo que estoy luchando contra una pared invisible que se niega a derrumbarse. Pero no me doy por vencida. Quiero recuperar mi vida, mis recuerdos... a mí misma.
Y Nolan ha estado ahí.
En cada sesión. En cada silencio incómodo. En cada intento fallido por recordar algo. Su presencia me da calma, como si, aunque el mundo esté patas arriba, él fuera esa parte que permanece estable. Me ha estado trayendo fotos que tiene desde que éramos pequeños. En algunas aparecemos empapados bajo la lluvia, en otras cubiertos de tierra, y en una especialmente graciosa estamos disfrazados de superhéroes con toallas como capas. A veces me río. A veces lloro. Porque es horrible ver algo que claramente fue importante para mí... y no sentir nada más que un hueco.
Pero hoy es diferente. Hoy vuelvo al instituto.
Papá no deja de repetirme mientras desayunamos si estoy segura. Que si no quiero, que si puedo esperar. Pero yo solo asiento, una y otra vez.
Sí. Estoy lista.
O al menos quiero creer que lo estoy.
Después de desayunar, mamá me dio un beso en la frente.
-No te frustres, ¿sí? Haz lo que puedas, a tu ritmo.
Asentí. Tenía un nudo en la garganta, pero sonreí.
Salimos de casa y caminamos hacia el auto. Logan corriendo para adueñarse del asiento del copiloto como si su vida dependiera de eso.
El cielo estaba despejado y el aire tenía ese aroma a inicio de algo. No sé cómo explicarlo, pero así lo sentí. Como si este día fuera un pequeño reinicio.
Apenas el auto se detuvo frente al instituto, Logan ya estaba abriendo la puerta.
-¡Nos vemos! -gritó antes de salir disparado como si le hubieran prometido pizza gratis al primer estudiante en llegar.
Papá se giró hacia mí, con esa mirada de "papá preocupado pero tratando de no parecerlo".
Suspiró.
-Cuídate, ¿sí? Y no te esfuerces demasiado. Si en algún momento te sientes mal, me llamas enseguida.
-Claro -respondí, y justo estaba por decirle que lo haría con señales de humo o telepatía, porque, detalle no menor... ¡no tenía celular!
Pero como si me leyera la mente (o tal vez ya me conocía demasiado), sacó una pequeña caja de su maletín y me la extendió.
Mis ojos se iluminaron.
-¿Es en serio? -pregunté, casi sin aire.
-Ya están guardados los números de mamá, mío y de Nolan -dijo con una sonrisa-. Si te sientes agobiada, si quieres volver antes, si necesitas hablar... solo llama. No importa la hora.
Asentí mientras abrazaba la caja como si fuera un tesoro antiguo rescatado del fondo del mar.
-Y no te alejes de Nolan -añadió con tono serio, como si acabara de entregar una orden real.
Puse los ojos en blanco.
-¿Algo más? ¿Una escolta militar? ¿Un dron siguiéndome por los pasillos? -pregunté, arqueando una ceja.
Me observó durante un segundo más, luego sonrió.
—Te amo, hija. Cuídate mucho.
—También te amo —murmuré, y bajé del auto.

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Eres para mí ♡ [Completa]
Teen FictionOlivia Hall siempre ha soñado con un amor como el de sus padres: intenso, verdadero y capaz de superar cualquier obstáculo. Por eso, cuando Ryan, el chico más popular del instituto, empieza a demostrar interés en ella, Olivia cree que por fin ha enc...