34. Camboya

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Capítulo 34

Camboya

El calor consigue que me pegue a las sábanas. El cuerpo lo tengo húmedo de sudar, pese al pijama de tirantes y el pantalón corto.

Tengo el ordenador derretido sobre los muslos, el ventilador no da a basto y me da miedo por un segundo que se pare con el video a medio editar.

Debería darle al botón de guardar más a menudo.

Estoy teniendo una de las peores mañanas de mi breve historia en el planeta tierra. Una de esas en las que no quiero salir de la cama. En las que me encantaría ser un avestruz y meter la cabeza bajo tierra.

La vergüenza es lo único que corre por mis venas. Ni sangre ni nada, ganas de borrar toda la tarde de ayer.

¿En qué momento acepte droga de unos señores que no conocía de nada?

Ayer me parecía una ideaza para desconectar la mente, no pensar más en el drama con Plex y el puto marketing. Estaba dolida y en cierta manera ofendida.

A veces creo que soy la definición de estúpida.

De hecho, estoy tan convencida que abro el buscador en el ordenador y busco la palabra solo por saber si aparece mi cara al lado de la descripción.

Por suerte, no aparece.

Los chicos llevan toda la mañana grabando para el lanzamiento de la marca de Plex y Paconi: Pacoffee. Le pega bastante al manager sacar una bebida cafeinada.

Esta adicto.

Al único que he visto desde la noche de ayer a lo que llevamos de día ha sido a Adri. Ni siquiera Borja y Jopa, aunque me consta que han pasado a ver como estaba, porque me lo ha dicho el editor.

Ha sido él quien ha venido varias veces, tanto a ofrecerme comida como agua y ver que no me hubiera hecho un efecto demasiado fuerte lo que consumí. Ahora que tengo la cabeza por fin encima de los hombros y me ha vuelto el pensamiento racional soy consciente de que me podrían haber dado cualquier cosa.

Los hospitales están lejos de donde estamos, por lo que un mal viaje podría haberme dejado secuelas permanentes.

Idiota. Eso es lo que soy.

No creo ni que sea capaz de mirar a Dani a la cara. Entre lo que le dije ayer, que es puramente lo que pienso, y el ridículo extra que he hecho en los vídeos que grabamos... Entiendo que no quiera saber nada de mí.

En lo que editaba el vídeo, no solo he visto el temazo que han grabado y la reacción de Frank, digna de él. También me he visto poniéndole nombre a las plantas y huyendo de Gertru.

Como me gustaría ser ella ahora mismo.

—¿Alicia?—es Jopa quien da un par de toques a la puerta antes de abrirla de par en par para entrar. Menos mal que le he dicho que pase.

—Dime.—siento como se me calientan las mejillas cuando levanto la cabeza del ordenador y me encuentro a mi amigo mirándome con una sonrisa que indica que se esta aguantando la risa.—No me mires así, Jopalux.

—¿Cómo está mi loca favorita?

—No te guanto.—aún riéndose de mí, se deja caer a mi lado en la cama. Lo tomo como una señal para dejar el vídeo para dentro de un rato.

—Tampoco ha sido para tanto. Relájate.—me dice dándome un puño amable en el brazo.

—He hecho el peor ridículo de la historia de la vuelta al mundo. Y mira que Borja cagándose encima en la India es difícil de superar.

Cien Noches | YosoyPlex y AdridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora