—Point of view: ?—
El mundo se estaba despertando poco a poco, los rayos del sol iluminaban el cielo conforme pasaba el tiempo. Estaba sentado en mi despacho disfrutando de todo lo que había a mis pies. Tras años de búsqueda sin éxito al fin alcanzaría mi mayor objetivo.
La noche anterior mi equipo había traído por fin a quien tanto había buscado, a mi joya más anhelada. Mi Sergio aún se encontraba inconsistente sobre una cama en una habitación echa específicamente para el. Me había asegurado de poder verlo las veinticuatro horas del día los siete días de la semana. La habitación contaba con cámaras en cada una de las esquinas y claro yo podía verlo a todo momento desde los monitores de mi despacho.
Fijé mi mirada en una de las muchas pantallas esperando a que mi querido recobrara su conocimiento, al instante lo vi removerse entre las sábanas de su pequeña cama hasta sentarse en el borde de esta. Lo vi analizar todo el lugar buscando una explicación, miraba de lado a lado tratando de descifrar en donde se encontraba pero para su mala suerte la habitación donde se encontraba solo tenía una pequeña ventana en el medio de una de sus cuatro paredes, la vista de esta daba hacía un profundo y muy oscuro bosque donde posiblemente habitaban todo tipo de animales depredadores listos para decorar su presa sin más.
Sonreí en grande, estaba muy contento de por fin tener a mi amado a mi lado en este día tan especial.
—¿Q-Qué chingados?—Una voz se escuchó por los parlantes de mis monitores, Sergio estaba despierto y muy consciente al parecer.
Lo ví rascándose la parte inferior de su cabeza, sentándose lentamente en el borde de su cama mientras volteaba a sus costados buscando pistas sobre el lugar donde se encontraba.
—Bienvenido a casa, Sergio.—Dije por el micrófono de las cámaras. Su cabeza giró bruscamente hacia las cámaras buscando detectar de donde provenía el sonido.
—¿Disculpa?
Deje su pregunta merodear por el aire y salí de mi oficina. Iba a necesitar un par de cosas antes de ingresar y visitar a mi querido. Entré a una habitación específica e ingrese el código solicitado, adentro me coloqué unos guantes latex negros y cambié el saco de mi traje por una gabardina. Aún no era buen momento para que Sergio me reconociera, eso iba a requerir algo de tiempo y paciencia. El chico era terco.
Intercambié los objetos de mi maletín por unos de uso específico y le ordené a mi equipo escoltarme hasta la recámara donde se encontraba mi querido.
Al pasar por los pasillos fui revisando las celdas y vi la oscuridad y la poca salubridad en la que mantenía a algunos de mis reclusos, me impresionaba que la mayoría aún se mantenían con vida. Como sea, no le di mucha importancia y continué caminando con mi equipo hasta llegar al fondo de el aérea, ahí tenía a mi amado.
Ingrese el código y la llave de seguridad, la puerta hizo click en un instante y antes de entrar me asomé, ahí estaba el recostado divagando en sus pensamientos.
—Oh cariño, no sabes cuánto te extrañé.—Entré sonriente mientras cerraba la puerta con seguro.
—...—La reacción de Sergio al verme fue sorprendente. No había miedo de por medio, en cambio su rostro ahora parecía hervir en enojo, sus mirada fija en mi daba miedo.
El aroma que desprendía se esparcía por toda la habitación era muy agria y un poco desagradable para mi gusto.
—No sabía que aún te acordabas de mi cumpleaños, si que eres tierno Sergio.—Me reí dulcemente mientras lo agarraba por su mentón. Me miró confundido, buscando alguna explicación sus ojos miraron por toda la habitación sin éxito alguno

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Unión Celestial (Chestappen)
FanfictionEl destino siempre tiene algo bajo la manga y para Max esta vez no sería la excepción ¿o sí?