Capítulo 26

3.3K 251 104
                                        

Nolan

Salí de su habitación sintiendo que me arrancaban el alma con cada paso que daba.

Aún no me recuerda. Ni siquiera un destello en sus ojos, ni una chispa de duda. Solo vacío.
Como si yo jamás hubiera existido en su vida.

Mis pies se arrastraban por los pasillos fríos del hospital, pero no los sentía. Todo dentro de mí era un eco sordo. Dolor. Culpa. Silencio.

Ella era mi Olivia.

La niña que se escondía detrás de mí cuando tenía miedo. La que me hacía reír con esa risa suya que ahora no recuerdo haber escuchado en meses.
La que me miraba como si yo fuera todo su mundo, sin siquiera saberlo.

Y ahora… no sabe quién soy.

No recuerda que estoy enamorado de ella… Ni que ella también lo estaba de mí.

Y lo peor...

Lo peor es que en sus ojos hay algo más que confusión. Hay dolor. Desconfianza.
Como si una parte de ella creyera que todo esto es culpa mía. Como si yo fuera el responsable de que esté sentada en esa cama, perdida en su propia vida.

Me dejé caer en una de las sillas de la sala de espera, esa misma donde pasé noches enteras sin dormir, esperando un milagro, rezando para que abriera los ojos.
Y ahora que lo hizo… es como si no lo hubiera hecho. Porque me mira… y no ve nada.

Hundí el rostro entre las manos, las lágrimas brotaron sin pedir permiso.

Estaba tan perdido en mi propio dolor que no escuché los pasos acercarse. Solo sentí una mano cálida posarse sobre mi hombro. Me sobresalté un poco y al levantar la mirada, ví a la madre de Olivia.

Rápidamente me sequé las lágrimas con la manga, tratando de recomponerme. No quería que me viera así, tan hecho pedazos… aunque probablemente ya era demasiado tarde.

Ella no dijo nada. Solo se sentó a mi lado y me rodeó con los brazos, con esa ternura que solo una madre puede dar.
Me dejé abrazar. No tenía fuerzas para fingir.
El nudo en mi garganta volvió a apretar.

—Lamento mucho todo esto, Nolan… —susurró, apoyando su barbilla suavemente sobre mi hombro—. De verdad lo siento tanto.

Cerré los ojos. Quise decirle que no era su culpa, que no tenía por qué disculparse, pero las palabras no salieron. Era como si tuviera el alma atascada en la garganta.

—Te admiro tanto...—continuó ella, su voz temblaba un poco, pero aún sonaba fuerte—. Por estar aquí… por no soltarla, incluso cuando ella no puede recordarte.

Su abrazo se volvió más apretado por un instante. Sentí que algo en mí se rompía un poco más.

—Yo no podría irme —le dije al fin, en voz baja—. No puedo dejarla… aunque no sepa quién soy. Aunque me mire como a un extraño… yo sé quién es ella. Y eso basta.

Ella se separó un poco para mirarme a los ojos, con ese amor casi maternal que siempre me había dado.

—Esto va a pasar, Nolan. Va a pasar. —Su mano se posó en mi mejilla, con suavidad—. Olivia va a recordar. Va a volver a verte como antes… y cuando lo haga, se va a dar cuenta del ser maravilloso que ha tenido a su lado todo este tiempo. Solo ten paciencia.

Tragué saliva. Me ardían los ojos otra vez.

—¿Y si no lo hace…? —pregunté, sintiéndome pequeño, roto—. ¿Y si no vuelve a recordarme?

—Lo hará —afirmó con una seguridad que me caló el pecho.

Ella inspiró hondo, como si estuviera conteniéndose también.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora